claimsys
Well-known member
Hola a todos.
Al fin he podido conseguir una máquina Jaeger-LeCoultre Chronoflite. Ha sido gracias a ahorrar para pujar después de Navidad, en la cuesta de enero. Los pujadores, entre semana y recién vueltos a la vida laboral, no se preocupan mucho de Ebay en los días posteriores al seis de enero. Es así cómo me he llevado a mi casa un reloj que vale seis veces más de lo que a mi me ha costado, en parte también porque el vendedor lo colocó en un área poco recomendable para una subasta y también porque desconocía lo que llevaba dentro.
El reloj es un Smiths del año 1954, ex propiedad de la Royal Air Force y que desde finales de los años 30 se montó en numerosas aeronaves inglesas desde los míticos Spitfire y Hurricane, como modelo Mk III.
Está en un estado de conservación excelente, sólo tiene algún desconchado de pintura debido al montaje y desmontaje en su panel. Las agujas, esfera y coronas están como nuevas. El cristal no tiene ninguna ralladura.
Lo primero que hice fue desmontar los tornillos de la tapa posterior y observar por la ventana abatible cómo estaba la raqueta.
Estaba centrada y ya se veía el brillo dorado abrumador de su máquina Le Coultre. Muy buena señal, ya que el reloj funciona perfectamente, con gran precisión, y eso significaba que había sido bien mantenido.
Una vez quitada su tapa trasera, el brillo de su máquina me cegó, pues la tenía debajo de mi foco.
Pude leer LeCoultre, mi firma preferida de relojes. Jaeger LeCoultre, estaba otra vez presente en mi casa. La sonrisa de satisfacción me llegaba de oreja a oreja.
Viendo ya los detalles de su tapa trasera, también con recubrimiento dorado en su interior, su chapa identificativa y la flecha, la Broad Arrow, que nos muestra el propietario original del instrumento, el ejército inglés, en este caso la RAF.
Y ahora os muestro lo que degusté con mis ojos, viendo su maravillosa máquina, fabricada sin variaciones desde mediados de los años treinta hasta bien entrados los setenta y que tantas aeronaves la han llevado latiendo, como un corazón que no cesa cuando los motores están parados.
Está impecable, sin ningún rastro de óxido. Está lista para que otro piloto le de cuerda y pueda grabar su tiempo de vuelo, otras horas de vuelo más para el currículo de él y de su avión.
Aquí lo tenéis, en todo su esplendor, montado en el mítico Supermarine Spitfire de la 2a Guerra Mundial.
Ha sido una de las compras que más me ha llenado.
Saludos a todos.
Al fin he podido conseguir una máquina Jaeger-LeCoultre Chronoflite. Ha sido gracias a ahorrar para pujar después de Navidad, en la cuesta de enero. Los pujadores, entre semana y recién vueltos a la vida laboral, no se preocupan mucho de Ebay en los días posteriores al seis de enero. Es así cómo me he llevado a mi casa un reloj que vale seis veces más de lo que a mi me ha costado, en parte también porque el vendedor lo colocó en un área poco recomendable para una subasta y también porque desconocía lo que llevaba dentro.


El reloj es un Smiths del año 1954, ex propiedad de la Royal Air Force y que desde finales de los años 30 se montó en numerosas aeronaves inglesas desde los míticos Spitfire y Hurricane, como modelo Mk III.
Está en un estado de conservación excelente, sólo tiene algún desconchado de pintura debido al montaje y desmontaje en su panel. Las agujas, esfera y coronas están como nuevas. El cristal no tiene ninguna ralladura.
Lo primero que hice fue desmontar los tornillos de la tapa posterior y observar por la ventana abatible cómo estaba la raqueta.

Estaba centrada y ya se veía el brillo dorado abrumador de su máquina Le Coultre. Muy buena señal, ya que el reloj funciona perfectamente, con gran precisión, y eso significaba que había sido bien mantenido.
Una vez quitada su tapa trasera, el brillo de su máquina me cegó, pues la tenía debajo de mi foco.

Pude leer LeCoultre, mi firma preferida de relojes. Jaeger LeCoultre, estaba otra vez presente en mi casa. La sonrisa de satisfacción me llegaba de oreja a oreja.

Viendo ya los detalles de su tapa trasera, también con recubrimiento dorado en su interior, su chapa identificativa y la flecha, la Broad Arrow, que nos muestra el propietario original del instrumento, el ejército inglés, en este caso la RAF.





Y ahora os muestro lo que degusté con mis ojos, viendo su maravillosa máquina, fabricada sin variaciones desde mediados de los años treinta hasta bien entrados los setenta y que tantas aeronaves la han llevado latiendo, como un corazón que no cesa cuando los motores están parados.








Está impecable, sin ningún rastro de óxido. Está lista para que otro piloto le de cuerda y pueda grabar su tiempo de vuelo, otras horas de vuelo más para el currículo de él y de su avión.
Aquí lo tenéis, en todo su esplendor, montado en el mítico Supermarine Spitfire de la 2a Guerra Mundial.



Ha sido una de las compras que más me ha llenado.
Saludos a todos.
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