Sí, más de una vez el relojero de turno se ha quedado ojiplático cuando, tras cambiar la pila, el segundero del cronógrafo empezaba a marchar en sentido retrógrado. No es difícil de manejar, pero hay que leerse el manual. Es verdad que al relojero medio, que ha de ver docenas de relojes al mes, no le sale a cuenta aprender su manejo, pero seguramente más de un usuario no le sacará todo el jugo. Además, hay varios biseles disponibles, a cual más interesante.
El mío no es tan preciso como el tuyo, se va un segundo al mes. Eso supone... 18 segundos durante la duración de una batería, o seis segundos entre cambio horario y cambio horario: una vez puesto en la muñeca, no hace falta ajustar la hora. Precisión de cronómetro certificado a precio de reloj japonés multifunción, ¿cuánto costaría un suizo con esas características? Es mi único reloj con cuenta regresiva, una complicación que realmente es muy útil. Ciertamente, es un reloj que bien podría ser el único reloj de cualquiera. Salvo la duración de su batería, que me parece escasa, solo tiene buenas cualidades. Incluso su cronógrafo, con registro hasta la décima de segundo, ofrece una precisión adecuada a las capacidades humanas.
Efectivamente, envejecer es parte de la gracia de un reloj. Algunos lo toleran mejor que otros, creo que hay un límite de precio (no muy alto) a partir del cual suelen envejecer bien. Procuro evitar las cajas pintadas, eso sí. Ni siquiera me fío del PVD a medio plazo. Estoy seguro de que tendrás una colección de primera categoría. En los 90, entre Citizen y Seiko, ¿Quién dirías que realizó los mejores calibres?
Sí, mi Lotus se ha bañado conmigo en el Mediterráneo, en el Atlántico y en el Pacífico; hemos ascendido montañas y seguido ríos; hemos entrado en megalópolis ultramodernas y cosmopolitas y en pequeñas villas por las que no ha pasado el tiempo, en las que fui el único occidental. En resumen: ha sido un compañero de aventuras robusto y fiable.
Para mí Citizen. Seiko fue pionero en cronógrafos de cuarzo analógicos con el 7A28/38 de 1983, que fue el primero de la historia. Pero Citizen se puso las pilas muy rápido y contestó con el excelente Citizen 3510 (Miyota 3S10) en la misma década. Tenía la misma calidad de construcción que el Seiko, calibre metálico montado sobre rubíes, totalmente desmontable y reparable, pero además superaba al Seiko en equipamiento, con 12 horas de cronógrafo frente a solo 30 minutos del Seiko, además de alarma y cuenta atrás, y un cargamento tecnológico muy avanzado para la época, con refinamientos que siguen haciendo al Citizen 3510/Miyota 3S10 un reloj sofisticado incluso hoy día comparado con cronógrafos convencionales de hoy día.
Llegados los años 90 se producen varios cambios en el panorama. Termina la fiebre de los relojes digitales, y los calibres mecánicos aún tardarán algunos años en recuperarse de su casi desaparición en los 70 y 80. Los reyes de los 90 son los calibres de cuarzo analógicos, de agujas, y ahí quien reinó fue sin duda el Citizen 3510/Miyota 3S10. El Seiko 7A28/38 había quedado atrás, y el Citizen 3510 o Miyota 3S10 fue el rey indiscutible. El calibre fue tan bueno que infinidad de marcas quisieron montarlo en buenos modelos de cierto precio. Además de la casa madre del calibre, con el Citizen 3510 y familia (3560 sin alarma, 3530 sin calendario y 3570 con fases lunares), el Miyota 3S10 equipó a marcas de todo el mundo, Accurist (Reino Unido), Dugena y Junghans (Alemania), las españolas Lotus o Festina, Lorenz (italiana), Breitling (suiza), Invicta (estadounidense) y muchas más. Cuánta gente ha tenido un Lotus o un Festina desde los años 90 sin saber que dentro montaban un maquinón, el mismo excelente calibre que los que llevasen Citizen, Junghans o Breitling de la época, marcas de mucho prestigio y más caras.
Otros calibres de Citizen de los 90 también fueron muy buenos. Sin una costrucción de tanta calidad mecánica y de materiales como el 3S10, sin rubís o sin refinamientos tales como la rueda de pilares o el reseteo a cero automático del 3S10, pero también fueron muy buenos la serie de calibres que empezó con el 6700 Calendario perpetuo en 1989. El 6700 fue seguido por los 6720, 6750, 6760 y 6770, añadiéndole las funciones de crono, cuenta atrás, alarma, auténticas sonerías con repetición de minutos en distintos tonos, fases lunares...Mucha riqueza de funciones y diseños. Eran calibres muy avanzados electrónicamente y a la vista de lo bien que funcionan tras 30 años de uso, sólidos y duraderos. No en vano el 6700 se montó en años posteriores en los carísimos Citizen Campanola Calendario Perpetuo, y otros de esta serie 67xx se acabaron montando también en Citizen Signature, otra familia de mucha categoría de la marca.
Por debajo de la serie 67xx estaban también en los 90 los más populares Citizen 6850, 6870 (Miyota 6w50, 6w70), que son relojes multifunción completísimos y con un acceso a sus muchas funciones muy bien diseñado. Se montaron en infinidad de marcas y tuvieron mucho éxito, yo en calidad los equipararía quizá a los Seiko 7t32, 7t42 y otros Seiko parecidos, buenos Seiko con funciones útiles de crono y alarma que tuvieron mucho éxito en los 90, aunque ya sin la altísima calidad de construcción de los más antiguos Seiko 7A28/38 de la década anterior (sin rubís y con algunas ruedas de plástico que a la larga han dado algunos problemas). De similar calidad a estos Seiko me parecen también otros Citizen nacidos en los 90, los que montan los calibres Miyota OS60 y OS80 (0560 y 0580 en Citizen). El primero con cronógrafo de 12 horas y el segundo con el mismo crono y además alarma, son también calibres duros y funcionan muy bien aunque sin los lujos ni sofisticación del Miyota 3S10.
Seiko se centró bastante en los 90 en sus Kinetic aparecidos a finales de los 80, que son otra historia, igual que los relojes solares. Por supuesto también nació en los años 90 el calibre Seiko 9F del Grand Seiko, un cuarzo de la máxima calidad como cualquier cosa de la gama más alta de Seiko, pero creo que eso también es otra historia, igual que los Chronomaster o los Campanola más caros de Citizen.
En general, para mi gusto personal, mis preferidos japoneses son en automáticos los Orient y Seiko, en cuarzos de agujas los Citizen y en cuarzos digitales los Casio. Citizen ha hecho y hace automáticos de altísima calidad, pero lleva mucho tiempo más centrada en los calibres de cuarzo y Eco Drive, así ha conseguido los extraordinarios desarrollos que ha conseguido en las últimas décadas, culminando con el Citizen calibre 0100S de 2019, una joya de la alta relojería del cuarzo con 17 rubís y una frecuencia mucho más alta que los demás cuarzos, con la que alcanza una precisión de 1 segundo al año.