diegclem
Member
Muchos saludos, compañeros del foro.
Hace mucho que no inicio un tema, y esta vez es por algo que me despertó la curiosidad si algún forero le ha sucedido algo semejante.
Comienzo por hacer un poco de historia.
Uno de los relojes que tengo y que más me ha gustado, es este Poljot.
Un diseño limpio, elegante y con una esfera de dos tonos por cepillado… y que además conseguí con las etiquetas de “no working” “for parts”, y con la satisfacción de haberlo recuperado, como lo compartí en este post de hace algún tiempo:
http://www.foroderelojes.es/showthread.php/55014-Poljot-vuelto-a-la-vida-y-recién-estrenado-(por-mí)
Pues bien, como muchos nos sucede, al ser uno de mis favoritos, es también de los que más uso.
Como todo mundo, andamos por aquí y por allá, atendiendo nuestras actividades, resolviendo nuestros problemas.
Pero nunca falta una vicisitud o algún problema que sin ser nuestro, nos afecta.
En uno de esos andares cotidianos, sucedió una de esas desgracias que uno no puede prever, y cuando se percata, está en medio de todo, sin deber nada.
En este caso, quedé en medio de una pelea de perros, ambos medianos, pastores, aunque no les pregunté sus generales. Una chica joven y menuda que apenas podía con su fiel bestia, a quien llamaremos Atlas, y el otro, un can que, de tanto pasar, lo conozco y me conoce de vista, al que llamaremos Sultán, pero que ese día, frente a la puerta de su casa, sintió invadido su territorio, en el momento justo que pasaba por ahí.
La chica, con su cara de angustia, sin poder contener a Atlas, y ambos perros trenzados, mordiéndose los morros.
Un transeúnte se aprestó a ayudar a la joven a jalar la correa. Del otro lado, nadie.
Tomé Sultán del cuello con una mano, y con la otra le jalé de la cola, doblándola, para que se distrajera y soltara…
Funcionó. Sultán soltó a Atlas.
Pero en el giro para ver qué le molestaba la cola, alcanzó resbalar su cuello, quedándome agarrándolo de los pelos. En ese momento me tiró una tarascada en plena muñeca. Sólo sentí la presión detrás de mi mano.
Por reflejo solté a Sultán, mientras la joven y menuda propietaria de Atlas, ya se había alejado un poco.
Veo mi muñeca y tiene rastros de sangre, pero me distraigo porque abren la puerta, Sultán entra corriendo a su casa… Una anciana azorada se asoma, ve a Atlas y a su ama alejarse, me mira de reojo, y decide cerrar la puerta.
Volví a ocuparme de mí y tuve enfrente una de las imágenes que más me desagradan: uno de mis relojes que más satisfacción me ha dado, tenía roto el cristal y estaba cubierto de sangre. Me lo quité. Y para mi sorpresa, ¡La sangre no era mía!
Tenía un rasguño que no sangraba. El filo de los dientes de sultán quedó cubierto por la chamarra, y amortiguado por mi reloj.
¡Increíble!
Un par de días después vi a Sultán frente a su casa. Me miró sin rencor. Me acerqué un poco y el se acercó a saludar. Menos mal. Y fue ahí donde me di cuenta…
Le faltaba el colmillo derecho... ¡El pobre se lo rompió cuando mordió mi reloj!
Ahora dudo si cambiarle el plex, que de por sí ya es algo complicado por ser ruso y cuadrado, o lo dejo tal como está, como recuerdo de su hazaña.
¿Algún forero tiene una historia similar en la que su reloj sea héroe?
Hace mucho que no inicio un tema, y esta vez es por algo que me despertó la curiosidad si algún forero le ha sucedido algo semejante.
Comienzo por hacer un poco de historia.
Uno de los relojes que tengo y que más me ha gustado, es este Poljot.


Un diseño limpio, elegante y con una esfera de dos tonos por cepillado… y que además conseguí con las etiquetas de “no working” “for parts”, y con la satisfacción de haberlo recuperado, como lo compartí en este post de hace algún tiempo:
http://www.foroderelojes.es/showthread.php/55014-Poljot-vuelto-a-la-vida-y-recién-estrenado-(por-mí)
Pues bien, como muchos nos sucede, al ser uno de mis favoritos, es también de los que más uso.
Como todo mundo, andamos por aquí y por allá, atendiendo nuestras actividades, resolviendo nuestros problemas.
Pero nunca falta una vicisitud o algún problema que sin ser nuestro, nos afecta.
En uno de esos andares cotidianos, sucedió una de esas desgracias que uno no puede prever, y cuando se percata, está en medio de todo, sin deber nada.
En este caso, quedé en medio de una pelea de perros, ambos medianos, pastores, aunque no les pregunté sus generales. Una chica joven y menuda que apenas podía con su fiel bestia, a quien llamaremos Atlas, y el otro, un can que, de tanto pasar, lo conozco y me conoce de vista, al que llamaremos Sultán, pero que ese día, frente a la puerta de su casa, sintió invadido su territorio, en el momento justo que pasaba por ahí.
La chica, con su cara de angustia, sin poder contener a Atlas, y ambos perros trenzados, mordiéndose los morros.
Un transeúnte se aprestó a ayudar a la joven a jalar la correa. Del otro lado, nadie.
Tomé Sultán del cuello con una mano, y con la otra le jalé de la cola, doblándola, para que se distrajera y soltara…
Funcionó. Sultán soltó a Atlas.
Pero en el giro para ver qué le molestaba la cola, alcanzó resbalar su cuello, quedándome agarrándolo de los pelos. En ese momento me tiró una tarascada en plena muñeca. Sólo sentí la presión detrás de mi mano.
Por reflejo solté a Sultán, mientras la joven y menuda propietaria de Atlas, ya se había alejado un poco.
Veo mi muñeca y tiene rastros de sangre, pero me distraigo porque abren la puerta, Sultán entra corriendo a su casa… Una anciana azorada se asoma, ve a Atlas y a su ama alejarse, me mira de reojo, y decide cerrar la puerta.
Volví a ocuparme de mí y tuve enfrente una de las imágenes que más me desagradan: uno de mis relojes que más satisfacción me ha dado, tenía roto el cristal y estaba cubierto de sangre. Me lo quité. Y para mi sorpresa, ¡La sangre no era mía!
Tenía un rasguño que no sangraba. El filo de los dientes de sultán quedó cubierto por la chamarra, y amortiguado por mi reloj.
¡Increíble!
Un par de días después vi a Sultán frente a su casa. Me miró sin rencor. Me acerqué un poco y el se acercó a saludar. Menos mal. Y fue ahí donde me di cuenta…
Le faltaba el colmillo derecho... ¡El pobre se lo rompió cuando mordió mi reloj!
Ahora dudo si cambiarle el plex, que de por sí ya es algo complicado por ser ruso y cuadrado, o lo dejo tal como está, como recuerdo de su hazaña.
¿Algún forero tiene una historia similar en la que su reloj sea héroe?

