A veces, las ausencias son injustificadas.......y a veces, justificadas.
En mi caso, en las últimas semanas, y muy a mi pesar, me he dedicado, junto con mi hermano y mi madre, a acompañar a mi padre hasta la entrada en la otra vida.
Unas leves molestias en octubre hicieron que fuera a su médico, y de entrada le detectaron "múltiples lesiones cerebrales", que tras estudiarse resultaron ser la metástasis de algún cáncer. Siguieron investigando y resultó tener afectados todos los órganos vitales, por lo que las espectativas de vida que nos dieron para él fueron nulas.
Siguió lúcido y casi pleno de facultades hasta hace diez días, cuando cayó en picado, y los dos últimos días los pasó con nosotros tres en la habitación del hospital, hasta que, lentamente la respiración y los latidos del corazón fueron apagándose.
Aprovecho desde aquí para felicitar a todo el personal médico y auxiliar que nos ha acompañado en estos difíciles momentos, y muy especialmente, y por su trato tan cercano y humano, a Íñigo Rojas-Marcos, sobrino de Luis, e hijo de Alejandro (que fuera alcalde de Sevilla).
Es su cuerpo lo que cambia de estado y de lugar, pero su manera de ser, su educación y su buen carácter permanecerán siempre con nosotros.
Descansa en paz, Dieguito.......y no tengas prisa por vernos..........aunque nos veremos....:yes:
Jose María Aragón, hijo de Diego Aragón.