Asterix
Moderador
Cuando hablamos de relojes de pulsera, casi todos tendemos, quizá inconscientemente, a pensar en el clásico reloj de dos agujas que giran alrededor de una esfera con el 12 arriba y el 6 abajo, a veces con segundero, y ocasionalmente con algunas complicaciones como cronógrafo, fechador, fases lunares o GMT.
Sin embargo, aunque no son habituales, existen multitud de invenciones para leer la hora de una forma diferente en un reloj de pulsera.
Comenzamos, por ejemplo, con relojes en los que, aunque la forma de leer la hora es la tradicional, la esfera se encuentra, por diversas razones, descentrada o torcida, como en este reloj sin marca de los años 20 del siglo pasado:
O este Tip top americano de los años 30, con la esfera ligeramente torcida y pensado para motoristas:
También pensamos en ocasiones en el ya tradicional reloj digital LCD, como este Casio:
O en relojes analógico digitales, como este Dunhill:
O la variante de digitales LED, como este Texas Instruments de los 80:
Sin embargo, relojes digitales existen desde muchísimo antes. Por ejemplo, este reloj que proliferó mucho en los años 30:
Digital vintage 30
Y volvió en los 60, justo antes que los LED:
Otra forma curiosa de lectura de la hora se ve en los relojes llamados “misteriosos”, como este Louvic de los 50, en el que la hora se lee con dos puntos, engarzados en dos discos superpuestos:
O este reloj infantil Bradley, en el que las agujas son los brazos de Mickey Mouse:
Otra variante son los relojes de ciego, en los que, gracias a unos índices en relieve y una tapa que se abre, se puede leer la hora también a través del tacto:
Los relojes con esfera de 24 horas se inventaron para saber la hora en lugares en los que no hay luz, o no hay diferencia entre el día y la noche, como por ejemplo en el interior de los submarinos o en zonas que se encuentran muy cerca del Polo:
En los relojes de una sola aguja, es posible leer la hora con exactitud porque cada marca de la esfera corresponde a cinco minutos:
En los llamados “reguladores”, la aguja horaria se encuentra en una esfera diferente a la esfera principal, en la que se halla la aguja minutera. Por ejemplo, este Armand Nicolet y este Oris:
Este reloj Angular Momentum dispone de un sistema patentado consistente en que la esfera gira sobre sí misma, de tal manera que la hora es la que en cada momento se marca a la altura de las doce. La aguja minutera y la segundera son normales. En la imagen son las diez y diez:
En este reloj Gevril, que emula el juego del billar, la hora se marca en un agujero de la esfera, y los minutos se marcan con la aguja minutera que simula ser un taco de billar:
Por último, una moda fugaz que, afortunadamente, no parece que haya cuajado: el reloj binario.
Y una variante del reloj binario, de lectura mucho más sencilla:
Espero que os haya gustado.
Sin embargo, aunque no son habituales, existen multitud de invenciones para leer la hora de una forma diferente en un reloj de pulsera.
Comenzamos, por ejemplo, con relojes en los que, aunque la forma de leer la hora es la tradicional, la esfera se encuentra, por diversas razones, descentrada o torcida, como en este reloj sin marca de los años 20 del siglo pasado:
O este Tip top americano de los años 30, con la esfera ligeramente torcida y pensado para motoristas:
También pensamos en ocasiones en el ya tradicional reloj digital LCD, como este Casio:
O en relojes analógico digitales, como este Dunhill:
O la variante de digitales LED, como este Texas Instruments de los 80:
Sin embargo, relojes digitales existen desde muchísimo antes. Por ejemplo, este reloj que proliferó mucho en los años 30:
Y volvió en los 60, justo antes que los LED:
Otra forma curiosa de lectura de la hora se ve en los relojes llamados “misteriosos”, como este Louvic de los 50, en el que la hora se lee con dos puntos, engarzados en dos discos superpuestos:
O este reloj infantil Bradley, en el que las agujas son los brazos de Mickey Mouse:
Otra variante son los relojes de ciego, en los que, gracias a unos índices en relieve y una tapa que se abre, se puede leer la hora también a través del tacto:
Los relojes con esfera de 24 horas se inventaron para saber la hora en lugares en los que no hay luz, o no hay diferencia entre el día y la noche, como por ejemplo en el interior de los submarinos o en zonas que se encuentran muy cerca del Polo:
En los relojes de una sola aguja, es posible leer la hora con exactitud porque cada marca de la esfera corresponde a cinco minutos:
En los llamados “reguladores”, la aguja horaria se encuentra en una esfera diferente a la esfera principal, en la que se halla la aguja minutera. Por ejemplo, este Armand Nicolet y este Oris:
Este reloj Angular Momentum dispone de un sistema patentado consistente en que la esfera gira sobre sí misma, de tal manera que la hora es la que en cada momento se marca a la altura de las doce. La aguja minutera y la segundera son normales. En la imagen son las diez y diez:
En este reloj Gevril, que emula el juego del billar, la hora se marca en un agujero de la esfera, y los minutos se marcan con la aguja minutera que simula ser un taco de billar:
Por último, una moda fugaz que, afortunadamente, no parece que haya cuajado: el reloj binario.
Y una variante del reloj binario, de lectura mucho más sencilla:
Espero que os haya gustado.