Resulta cuanto menos curiosa la participación en este hilo, y otros de similar naturaleza, de foreros que sólo acuden a FdR cuando existe una cierta carnaza que morder o un fuego que avivar. Curiosa y triste, añadiría, pero es lo que tenemos en esto de Internet y la ventaja para algunos ésto representa.
Desde la moderación de FdR nos resistimos a que esto sea un circo o un programa de salsa rosa y en el que impere la regla del "todo vale" (insultos, descalificaciones, difamaciones...), lo que nos lleva, en la mayoría de las ocasiones, a considerar más conveniente el mantener un prudente y discreto silencio ante las manifestaciones que fuera de esta casa se vierten sobre nuestras actuaciones y decisiones, fundamentalmente porque no todos estamos hechos de la misma pasta ni nos dominan los mismos odios patológicos, y porque además estamos en el firme convencimiento de que ese proceder también marca notables diferencias.
Como administrador de este foro, me alegra enormemente el contar con el equipo de moderación que me rodea, pero aún me alegra más el haber contribuido a perfilarlo y definirlo, logrando el que considero un plantel de personas de una gran calidad humana, en las que valoro sobre todo sus conceptos de lealtad, dedicación y serenidad de ánimo. Conseguirlo, ha sido tarea de casi un año, tiempo durante el cual -y en base a dichos valores- ha tocado el prescindir de unos, y elegir a otros. El actual equipo que formamos el staff de FdR, ni nos consideramos perfectos ni mejores que nadie, tendremos nuestros defectos y cometeremos nuestros errores, pero puedo asegurar que en momento alguno actuamos con la intención de causar un daño voluntario e innecesario a los miembros de este u otros foros (ya nos cuidaremos de meternos en casa ajena, haya cada cual lo que haga en la suya).
En el desarrollo de nuestro trabajo diario, existen momentos difíciles en los que nos toca tomar decisiones dolorosas, pero que consideramos necesarias para evitar males mayores, y que sabemos que unos verán con buenos ojos y otros con la consideración del desacierto. Un decisión difícil ha sido la de expulsar a una persona, que con anterioridad incluso había llegado a formar parte importante de ese staff que como legado me encontré tras mi reincorporación a las funciones de administración de FdR hace ahora poco más de un año ¿las razones de su expulsión?, él mejor que nadie las conoce, y son tan execrables que prefiero no otorgar calificativos a dichas actuaciones, con las cuales no sólo ha pretendido perjudicar a este foro sino además minarlo de forma mezquina, con alevosía y profunda premeditación en perjuicio también de sus usuarios. ¿Su mayor contrariedad?: que no ha podido culminar su trabajo de demolición porque fue descubierta su silenciosa y troyana actuación, y saber además, que el daño causado -aunque nos lleve algo de tiempo-, es perfectamente reversible.
A partir de estas explicaciones, es del todo previsible que surjan nuevas acusaciones, difamaciones y calumnias en determinadas plataformas, aunque evidentemente sin la aportación de las pruebas necesarias para ello. En el caso que nos ocupa, en FdR -aparte de que son manifiestas-, las pruebas están suficientemente documentadas, toda vez que nos encontramos en el proceso de restaurar el perjuicio ocasionado y hemos considerado la conveniencia de conservarlas.
Aprovecho para dejar claro -y espero que por última vez- que si bien Pedro Izquierdo es el propietario de este foro, toda la gestión y toma de decisiones que en él se adoptan y por tanto su responsabilidad, lo son por este administrador con la colaboración del resto de moderadores, y sin que medie ni la intervención ni influencia de su propietario, si bien es cierto que en ocasiones, como paso de cortesía -por la confianza que en mi persona deposita- en las decisiones de cierto calado, me limito ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE a informarle de éstas antes de su ejecución. Ojala en ciertos poderes del gobierno hubiera tanta independencia como de la que personalmente gozo en este foro. Cuestión aparte será la que algunos quieran creer, o pero aún, hacer creer.
Por último, y como ya he repetido en anteriores intervenciones que me han obligado a ello, aprovecho para añadir que no toleraré la más mínima desviación en temas que puedan suponer un enfrentamiento entre foros o miembros de FdR y que seré tajante en la aplicación de las normas de esta casa. Aquellos que las consideren excesivas o de difícil cumplimiento, saben que nadie les obliga a compartir techo con quienes tan sólo deseamos disfrutar, en nuestro tiempo de ocio, de una hermosa y sana afición: la relojería. Confío en que se entienda con la suficiente claridad, porque su repetición ya roza el cansancio.
Sólo me queda el agradeceros a todos vuestra confianza al elegirnos. Por la parte que nos toca, prima el intentar día a día, que vuestra estancia en FdR sea lo más cómoda y agradable posible y con una única finalidad: disfrutar de nuestra afición.