Miguelanxo
Well-known member
Este Dogma llegó a mis manos en muy mal estado. La esfera había perdido el color, tenía marcas abundantes y la caja, además de haber perdido el cromado en muchos puntos, tenía importantes desperfectos.
Cuando lo desmonté y pude analizar mejor el estado de la esfera dudé entre si intentar conservar el logo, razonablemente bien conservado, o hacer una restauración completa del hexágono central y una parcial del fondo de las lunas de los numerales romanos. Finalmente, opté por la segunda opción.
Esta vez lo hice a pincel, con acrílicos, como siempre, en este caso titanio crudo y oro. Me concentré, como dije entes, en el hexágono central y las áreas de los numerales. Este es un paso intermedio del proceso.
Así quedó, lista para imprimirle el logo.
Así quedaba el gráfico del logo, y aproveché para reforzar un poco el hexágono. Los círculos del orificio central y la subesfera solo tenían la función de control en las pruebas de impresión, y los suprimí, claro, en el momento de la impresión definitiva sobre la esfera.
Después de una primera prueba me pareció que el logo y los textos podían quedar mejor dándole algo más de cuerpo al contorno. Este es el resultado final de la impresión.
En las fotografías completas no consigo que se aprecie la textura de estos acabados que estoy utilizando últimamente. En esta imagen más ampliada (aunque un pelín desenfocada) puede verse mejor el efecto.
Este era el estado original de la caja.
Afortunadamente, el latón era de buenísima calidad, lo que quedó en evidencia una vez descromada.
Cobreó sin problemas.
Y este fue el resultado del niquelado. Como ya expliqué en alguna otra ocasión, aunque el cromado es más resistente al rozamiento, prefiero el tono más cálido del níquel, y la diferencia de durabilidad no me parece determinantemente significativa. Reservo el cromado para las coronas y los pulsadores, que son piezas más exigidas y en las que la cuestión del tono no es relevante.
Así quedó montado. Después de hacer la foto me dí cuenta de que me faltaba por substituir la corona dorada.
Y este es el aspecto final.
Espero no haber aburrido.
¡Feliz 2022!

Cuando lo desmonté y pude analizar mejor el estado de la esfera dudé entre si intentar conservar el logo, razonablemente bien conservado, o hacer una restauración completa del hexágono central y una parcial del fondo de las lunas de los numerales romanos. Finalmente, opté por la segunda opción.

Esta vez lo hice a pincel, con acrílicos, como siempre, en este caso titanio crudo y oro. Me concentré, como dije entes, en el hexágono central y las áreas de los numerales. Este es un paso intermedio del proceso.

Así quedó, lista para imprimirle el logo.

Así quedaba el gráfico del logo, y aproveché para reforzar un poco el hexágono. Los círculos del orificio central y la subesfera solo tenían la función de control en las pruebas de impresión, y los suprimí, claro, en el momento de la impresión definitiva sobre la esfera.

Después de una primera prueba me pareció que el logo y los textos podían quedar mejor dándole algo más de cuerpo al contorno. Este es el resultado final de la impresión.

En las fotografías completas no consigo que se aprecie la textura de estos acabados que estoy utilizando últimamente. En esta imagen más ampliada (aunque un pelín desenfocada) puede verse mejor el efecto.

Este era el estado original de la caja.

Afortunadamente, el latón era de buenísima calidad, lo que quedó en evidencia una vez descromada.

Cobreó sin problemas.

Y este fue el resultado del niquelado. Como ya expliqué en alguna otra ocasión, aunque el cromado es más resistente al rozamiento, prefiero el tono más cálido del níquel, y la diferencia de durabilidad no me parece determinantemente significativa. Reservo el cromado para las coronas y los pulsadores, que son piezas más exigidas y en las que la cuestión del tono no es relevante.

Así quedó montado. Después de hacer la foto me dí cuenta de que me faltaba por substituir la corona dorada.

Y este es el aspecto final.

Espero no haber aburrido.
¡Feliz 2022!
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