6aly
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Miedo, tengo miedo.
<iframe class="restrain" title="YouTube video player" width="640" height="390" src="https://www.youtube.com/embed/XDZlx9ZXhso?wmode=opaque" allowfullscreen="true" frameborder="0" id="yui-gen55" style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Verdana, Tahoma, Helvetica, Arial; font-size: 15px;"></iframe>
Miedo, al día a día.
Miedo, al vecino de los ojos raros, (come de todo).
Miedo, al día de mañana.
Miedo, a ver la TV.
Miedo, a leer el diario.
Miedo, a que nos dejen a los niños.
Miedo, a quedar obligado a hacer la cuarentena en familia.
Miedo, a dar positivo en alcoholemia, por frotarme tanto las manos con gel alcohólico.
Miedo, a tener que cambiar la foto de mi carnet, por otra más carilla.
Miedo, a quedarme sin papel higiénico.
Miedo, a encontrarme el coche cagado y no por las palomas.
Miedo, a que los WC, no puedan tragar tanto miedo.
Miedo, a volver a sentir agua va.
Miedo, a ser un superviviente.
Miedo, a tener que volver al campo y utilizar de nuevo el gallinero como WC.
Miedo, a ser el pirata de palo garfio en la mano, y parche en el ojo.
Miedo, a despertarme un día y no ver reflejada mi imagen en el espejo.
Miedo, a salir a pasear un día soleado y ver que mi sombra desapareció.
Al recordar uno de los primeros miedos que germino en mí de niño, tan solo recordarlo me da miedo, en aquel tiempo, me tocaba llevarle la fiambrera a mi difunto padre, al cementerio, era el jardinero del camposanto, y según él era la comunidad mejor avenida. Este es uno de los consejos que recuerdo, al apreciar mi miedo, recuerdo que me decía, a los muertos no les tienes que tenerles miedo ya que a diferencia de los vivos, ellos nunca te harán daño.
Lo del pirata, de la pata de palo garfio en la mano, ya sabéis los motivos de tanto pirata (la supervivencia), y es que desconocían el océano de agua potable que tenían sobre nuestras cabezas y la vida que tenían bajo sus pies bajo la arena de playas paradisiacas de arena blanca (excrementos de coral) pero lo del parche en el ojo puede que no lo sabréis, era para adaptar el ojo a la oscuridad de las bodegas, en estas era donde tenían los cañones por ambas bandas, y esos segundos que tarda el ojo en adaptarse a la oscuridad, era crucial para que los tiburones hambrientos no se le comieran la pata, y no la de palo.
Joder con el tío del tractor amarillo, empezó su vuelta al mundo sembrando el miedo, consiguiendo que germinara el miedo en mí y como es gratis.
Miedo, miedo tengo miedo.
No todo va a ser miedo, tengo miedo, algo de positivo saldrá de todo este miedo, una vez haya pasado la prima guerra, y su prima la prima virus, y dejen de sembrar y cubrir los campos con su manto rojo plagado de cruces, llegara la tercera prima, la primavera, haciendo florecer de nuevo los campos, y a más de uno les darán una doble alegría al hacerlos abuelos, al tener a quienes contarles sus historias, la del Pirata cojo, de pata de palo, garfio en la mano y parche en el ojo, que llevaba por bandera dos tibias y una calavera, (Joaquín Sabina). El tiempo es lo más sabio que hay en este mundo, se deshace delo viejo, descubriendo lo nuevo, (Tales de Mileto). La del tío del tractor amarillo, que sembró el miedo por todo el mundo, y al no cobrar por ello, todo el mundo acudió a los supermercados esquilmando el papel higiénico, se llevaron a manos llenas, (Galy).
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Miedo, al día a día.
Miedo, al vecino de los ojos raros, (come de todo).
Miedo, al día de mañana.
Miedo, a ver la TV.
Miedo, a leer el diario.
Miedo, a que nos dejen a los niños.
Miedo, a quedar obligado a hacer la cuarentena en familia.
Miedo, a dar positivo en alcoholemia, por frotarme tanto las manos con gel alcohólico.
Miedo, a tener que cambiar la foto de mi carnet, por otra más carilla.
Miedo, a quedarme sin papel higiénico.
Miedo, a encontrarme el coche cagado y no por las palomas.
Miedo, a que los WC, no puedan tragar tanto miedo.
Miedo, a volver a sentir agua va.
Miedo, a ser un superviviente.
Miedo, a tener que volver al campo y utilizar de nuevo el gallinero como WC.
Miedo, a ser el pirata de palo garfio en la mano, y parche en el ojo.
Miedo, a despertarme un día y no ver reflejada mi imagen en el espejo.
Miedo, a salir a pasear un día soleado y ver que mi sombra desapareció.
Al recordar uno de los primeros miedos que germino en mí de niño, tan solo recordarlo me da miedo, en aquel tiempo, me tocaba llevarle la fiambrera a mi difunto padre, al cementerio, era el jardinero del camposanto, y según él era la comunidad mejor avenida. Este es uno de los consejos que recuerdo, al apreciar mi miedo, recuerdo que me decía, a los muertos no les tienes que tenerles miedo ya que a diferencia de los vivos, ellos nunca te harán daño.
Lo del pirata, de la pata de palo garfio en la mano, ya sabéis los motivos de tanto pirata (la supervivencia), y es que desconocían el océano de agua potable que tenían sobre nuestras cabezas y la vida que tenían bajo sus pies bajo la arena de playas paradisiacas de arena blanca (excrementos de coral) pero lo del parche en el ojo puede que no lo sabréis, era para adaptar el ojo a la oscuridad de las bodegas, en estas era donde tenían los cañones por ambas bandas, y esos segundos que tarda el ojo en adaptarse a la oscuridad, era crucial para que los tiburones hambrientos no se le comieran la pata, y no la de palo.
Joder con el tío del tractor amarillo, empezó su vuelta al mundo sembrando el miedo, consiguiendo que germinara el miedo en mí y como es gratis.
Miedo, miedo tengo miedo.
No todo va a ser miedo, tengo miedo, algo de positivo saldrá de todo este miedo, una vez haya pasado la prima guerra, y su prima la prima virus, y dejen de sembrar y cubrir los campos con su manto rojo plagado de cruces, llegara la tercera prima, la primavera, haciendo florecer de nuevo los campos, y a más de uno les darán una doble alegría al hacerlos abuelos, al tener a quienes contarles sus historias, la del Pirata cojo, de pata de palo, garfio en la mano y parche en el ojo, que llevaba por bandera dos tibias y una calavera, (Joaquín Sabina). El tiempo es lo más sabio que hay en este mundo, se deshace delo viejo, descubriendo lo nuevo, (Tales de Mileto). La del tío del tractor amarillo, que sembró el miedo por todo el mundo, y al no cobrar por ello, todo el mundo acudió a los supermercados esquilmando el papel higiénico, se llevaron a manos llenas, (Galy).
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