La respuesta:
Hola a todos,
La respuesta a esto no es sencilla. No es "azul", o "2". Es un suceso histórico de una importante relevancia para la relojería japonesa, y en especial, para Seiko, que andaba buscándolo durante toda la década de los 60s. Aunque la respuesta se puede dar en tres líneas, voy a enlazar los sucesos más importantes de 1969 para Seiko, para darle un poco de sentido a esto, y meterlo en contexto.
Como bien ha dicho Asterix, la European Chronometer Oficial Association ya había procurado que Seiko no utilizara "cierta" terminología en sus relojes, en un vano intento por cerrarle las puertas a la certificación de relojes de calidad.
En 1967 Seiko consiguó el segundo y el tercer puesto en la competición de Neuchâtel, pero como sabéis, esta competición dejó de celebrarse, negando de este modo a Seiko toda posibilidad de alzarse con un triunfo que hubiera sido del todo merecido.
A mediados de 1968, en Suiza empezaron a calentarse los ánimos, al descubrirse que en Japón estaban desarrollando un cronógrafo automático de pulsera. Aunque esto es otra historia que contaremos en pocas semanas, os diré que Zenith, por una parte, y Chronomatic, por encargo de un grupo formado, entre otros, por Breitling y Heuer, se apresuraron a tratar de adelantarse. En la foto, una foto los primeros modelos que se vendieron, a mediados de 1969:
En enero de 1969, Zenith no pudo esperar más, y presentó su "El Primero". Tarde: faltaban casi 10 meses para poder lanzarlo al mercado, y Seiko ya había empezado la fabricación del 6139, sin hacer ruido. La guerra final había empezado, pero Seiko no se preocupaba por las "batallas menores" previas.
Más o menos por esa época, los mejores relojeros de Seiko ya trabajaban en exclusiva para el montaje del mejor calibre desarrollado jamás por Seiko: el 4520. Un calibre que ya se encontraba en el mercado en el corazón de los Grand Seiko, y conocido como 45GS. Pero lo que estos expertos hacían era diferente. Montaban relojes perfectos, sin mácula, con una medición del tiempo tan exacta, que ni siquiera los "fariseos" transalpinos pudieran rechazar.
En la foto, un 4520-8000, de la colección personal de
Seiya Kobayashi, que hoy se encuentra en manos de un
coleccionista de nuestro país, y de los cuales tomo cedida la foto:
Y así fue, y
ésta es la respuesta:
Seiko fabricó un centenar y medio de movimientos con el calibre 4520 (45GS), de los cuales 103 fueron llevados al Observatorio Astronómico de Neuchâtel. 73 de estos movimientos obtuvieron la certificación correspondiente. Neuchâtel es considerada la más dura de la época, tras 45 días de observación de su exactitud, se certificaba movimiento por movimiento.
¿Qué hace de especial a estos movimientos?
Se trata de unas pruebas muy duras de precisión. Tan duras, que los movimientos que lo obtenían, no solían salir a la venta, debido a que esta precisión no podía mantenerse en el tiempo, debido al uso o al desgaste. Sin embargo,
Seiko SÍ se atrevió a montar relojes con ellos. Sólo Girard Perregaux también lo hizo. Nadie más en la historia lo hizo jamás.
El reloj modelo B de este post, contiene uno de esos 73 movimientos, que fueron montados sobre cajas de oro macizo de 18K, marcados con el modelo 4520-8020, y vendidos en 1970 por la increíble suma de 191.000JPY
Veámoslo de nuevo, pero esta vez desde otra perspectiva, según se publica en
Watch CTI:
¿Y qué pasa con el modelo A?
Pues nada: recordad que hablamos de los mejores movimientos del mundo hasta la fecha. Hasta la cifra de ese centenar y medio que se llegaron a fabricar, también se montaron en cajas de oro macizo de 18K, pero con la esfera de GS, puesto que no podían llevar la certificación de Neuchâtel. Su modelo pasó a ser el 4520-8010, y su precio de venta fue de 100.000JPY. Vamos, que no eran tampoco una ganga.
Veámoslo de nuevo:
Respecto al modelo de acero inoxidable, ya se estaba comercializando con el modelo 4520-8000, y tenía un precio de venta de 28.000JPY. Y todavía se vendieron modelos con ese calibre, de King Seiko Chronometer por 20.000JPY, y de King Seiko sin otra marca en la esfera, por 15.000JPY.
EPÍLOGO:
Seiko había ganado la batalla de la precisión y, por si fuera poco, la de la durabilidad, sacando al mercado un reloj perfecto, y con una certificación Suiza de que así era.
Pero el año 1969 no era el año de la batalla por el primer cronógrafo automático de pulsera, ni el año del reloj mecánico de pulsera más preciso de la historia. Eso eran batallitas para el prestigio. Seiko lo quería todo. Quería ganar la Guerra, y quería ganarlo arrasando todo aquello que le había impedido entrar en la historia de la relojería. El hombre había conquistado el espacio. Y en 1969, con la primera llegada la Luna, esta conquista se había confirmado. Seiko decidió que 1969 también sería el año de la conquista del tiempo.
El 25 de Diciembre de 1969, ya sin tiempo para contraataques, Seiko presentó el Astron, el primer reloj de pulsera de cuarzo, con el argumento de que era el reloj más exacto de la historia de la humanidad, con unos parámetros que harían enrojecer a cualquier otro, incluso los certificados por Neuchâtel. Y en su presentación mostró un reloj que realmente hizo enrojecer a los ingenieros de Neuchâtel. Os muestro unas fotos, para que vosotros mismos establezcáis vuestras comparaciones:
En mi humilde opinión, y ya adentrándome en terreno de mitos y leyendas, Seiko quiso mostrar así el reloj por fuera, para que los ingenieros de Neuchâtel comprendieran lo que significaba aquel día, ya que si miraban el reloj por dentro, ni siquiera lo entenderían. Es algo así como "ZAS!!!, en toda la boca".
El observatorio de Neuchâtel se disolvió tras aquel año. La justificación oficial fue que no tenía sentido, dado que los relojes de cuarzo ya no podían medirse con sus parámetros. Pero de nuevo adentrándonos en el terreno de los mitos y leyendas, yo leo entre líneas, que, incluso sin el lanzamiento del Astron, Seiko había conseguido COLARSE hasta la cocina de la alta relojería suiza con el 4520-8020. Por primera vez alguien conseguía comercializar los relojes más exactos del mundo. Y no fueron los suizos.
FUE SEIKO.
Y por eso, aunque ambos relojes, A y B eran EXACTAMENTE IGUALES, en realidad eran RADICALMENTE DIFERENTES.
COROLARIO:
Me gustaría añadir en estas últimas líneas, algo que todos sabemos, pero que a veces se nos escapa:
Hasta 1969, Seiko persiguió a Suiza, con el fin de obtener un reconocimiento internacional. Posteriormente a esa fecha, Seiko no volvió a hacerlo JAMÁS. Es más, casi destruye la industria suiza. El cuarzo la sumió en una crisis sin precedentes. Y no fue en los 80s. Tan sólo 1 año después del lanzamiento del Astron, los Suizos ya querían ser como Seiko.
¿No os lo creéis?, esta foto es de un reloj de 1970:
Y eso es todo. Gracias por haberme leído. Un placer.