Quiero agradecer públicamente a D. Pedro su labor con esta restauración, así como el trato que he recibido en todo momento.
Cuando vi el reloj esta mañana en su taller, sinceramente pensaba que no era el mío, que se trataba de una broma... Jamás pensé que algo tan pequeño me haría tan feliz.
Por otro lado, me ha sorprendido la elección de su correa: Parece que D. Pedro y yo tenemos gustos muy parecidos en cuanto a correas se refiere.
Ahora sólo me queda aguantarme las ganas de ponérmelo a todas horas, hasta para nadar... Que por cierto, no sé qué tal andará este modelo de estanqueidad.
Subo un par de fotos de cosecha propia, que para nada se acercan a la calidad de las ya expuestas, pero que tienen su punto.
Una vez más, muchísimas gracias.
Iván.