Se fué una de las personas fundamentales para que los españoles pasaran de una dura dictadura hasta una democracia estable y ya no tan joven sin apenas enterarnos. Tenía, como bien han dicho ya, sus luces y sus sombras, pero sabía ceder cuando tocaba. Y eso, no todo político lo domina.
Además se me ha ido una de mis excusas favoritas para seguir fumando. He leido que una vez dijo: "El tabaco me está matando lentamente, pero tan lentamente que ya me tiene aburrido". Así era D. Santiago.
Descansa en paz camarada.