Claudio
Baneado
El primer coche que tuve (herencia de mi padre) fue un catorce treinta. Los algo talluditos saben de qué hablo. ¡Buff! no sé cómo expresarlo. 18 años y ¡un catorce treinta en aquella época (1976)! Sé que habrá quienes me entiendan. ¿Se podía ser más feliz entonces? Creo que no. Para quien no sepa de qué hablo, pondré una foto. Se trata del rojo. (160 Km/h en carreteras comarcales)