Quintiliano
New member
Hola a tod@s
Aquí los tenéis, frente a frente, dos iconos de la tecnología, uno japonés y otro americano:
El primero, un reloj electrónico "Pulsar" fabricado en 1983 estando ya la marca bajo el control del grupo Seiko. El calibre, manufactura de la firma nipona, es un Pulsar Y113. Este nombre no os dirá nada; pero sus piezas son intercambiables con el calibre Seiko 8123 el cual sí es más conocido por los aficionados.
El otro, un microprocesador fabricado veintiún años después, un Intel Pentium IV de la serie "Prescott", que contiene en su núcleo de 90 nanómetros nada menos que 125 millones de transistores.
Parece claro que el objeto más "antiguo" es sin duda el reloj Pulsar, pero esa veteranía no es tan evidente como pudiera parecer, porque si le entregamos este reloj a una persona de la calle, probablemente no vea un reloj de 1983.
Este Pulsar de 1983 además mantiene intactas todas sus características originales: construcción "All stainless steel", cristal mineral endurecido, resistencia al agua de WR100, brazalete de acero inoxidable en perfecto estado, luminiscencia original aún en buenas condiciones y todavía visible en la oscuridad...
Y lo más importante: este Pulsar mantiene su exactitud de fábrica, y cómo no, conserva un saludable adelanto de unos segundos al mes, pese a no haber recibido mayor atención en casi 30 años que el sucesivo cambio de pilas.
En cambio el microprocesador "Pentium IV" es todo un objeto del pasado. Sus más de 125 millones de transistores no son ya suficientes para las exigencias de un ciudadano medio en 2011. Aunque no era barato en 2004, desde luego no se le puede reprochar a los americanos que fuese una tecnología cara si comparamos el precio de este Pentium IV en 2004 con el de un sistema informático IBM de mediados de los años sesenta de "sólo" 50.000 transistores cuyo precio superaba los 3 millones de dólares del momento.
Su sucesor en el mercado, el Intel Core i7, es la mitad de fino (45 nanómetros) y tiene más de 780 millones de transistores, lo que convierte al "viejo" Prescott 3.4 en un lento y pesado cerebro electrónico, incapaz de ejecutar las más novedosas aplicaciones de última generación con la soltura necesaria.
El Pentium IV por debajo: ¡Ya no llevaba patillas!
Admitámoslo: este "viejo", o si lo preferimos, joven viejo Pulsar de 1983, puede todavía seguir cumpliendo la misión para la que fue diseñado y puesto en el mercado: servir a un ser humano como reloj de pulsera. Su complicación daydate mantiene un funcionamiento digno y preciso y si algo puede reprocharse a este Pulsar Quartz, es su diseño ochentero, que le delata ante unos ojos especializados.
Pero un reloj de cuarzo cualquiera de 2011 no supera en características y prestaciones a este Pulsar del 83, porque este Pulsar tampoco era un reloj cualquiera en 1983. Hoy se siguen vendiendo relojes con menor impermeabilidad y calidad inferior tanto de calibre como de construcción. Sigue siendo un reloj digno cuya obsolescencia no es manifiesta, porque además no parece claro que haya sido superado de una forma abrumadora ni siquiera por los modelos posteriores del propio grupo Seiko. ¿Acaso los cuarzos actuales son más exactos? ¡Este Pulsar es más exacto que los relojes más comunes, mejor que 20 segundos al mes!
No sucede lo mismo con el Pentium IV. Todo el mundo sabe que es una antigualla. Si le damos este procesador fotografiado a un amiguete, lo más probable es que se haga un llavero :rules:
¿Cuál de los dos es el verdadero "vintage"? :666:
Todavía no hay chocolates japoneses que si no...
Salu2
Aquí los tenéis, frente a frente, dos iconos de la tecnología, uno japonés y otro americano:
El primero, un reloj electrónico "Pulsar" fabricado en 1983 estando ya la marca bajo el control del grupo Seiko. El calibre, manufactura de la firma nipona, es un Pulsar Y113. Este nombre no os dirá nada; pero sus piezas son intercambiables con el calibre Seiko 8123 el cual sí es más conocido por los aficionados.
El otro, un microprocesador fabricado veintiún años después, un Intel Pentium IV de la serie "Prescott", que contiene en su núcleo de 90 nanómetros nada menos que 125 millones de transistores.
Parece claro que el objeto más "antiguo" es sin duda el reloj Pulsar, pero esa veteranía no es tan evidente como pudiera parecer, porque si le entregamos este reloj a una persona de la calle, probablemente no vea un reloj de 1983.
Este Pulsar de 1983 además mantiene intactas todas sus características originales: construcción "All stainless steel", cristal mineral endurecido, resistencia al agua de WR100, brazalete de acero inoxidable en perfecto estado, luminiscencia original aún en buenas condiciones y todavía visible en la oscuridad...
Y lo más importante: este Pulsar mantiene su exactitud de fábrica, y cómo no, conserva un saludable adelanto de unos segundos al mes, pese a no haber recibido mayor atención en casi 30 años que el sucesivo cambio de pilas.
En cambio el microprocesador "Pentium IV" es todo un objeto del pasado. Sus más de 125 millones de transistores no son ya suficientes para las exigencias de un ciudadano medio en 2011. Aunque no era barato en 2004, desde luego no se le puede reprochar a los americanos que fuese una tecnología cara si comparamos el precio de este Pentium IV en 2004 con el de un sistema informático IBM de mediados de los años sesenta de "sólo" 50.000 transistores cuyo precio superaba los 3 millones de dólares del momento.
Su sucesor en el mercado, el Intel Core i7, es la mitad de fino (45 nanómetros) y tiene más de 780 millones de transistores, lo que convierte al "viejo" Prescott 3.4 en un lento y pesado cerebro electrónico, incapaz de ejecutar las más novedosas aplicaciones de última generación con la soltura necesaria.
El Pentium IV por debajo: ¡Ya no llevaba patillas!
Admitámoslo: este "viejo", o si lo preferimos, joven viejo Pulsar de 1983, puede todavía seguir cumpliendo la misión para la que fue diseñado y puesto en el mercado: servir a un ser humano como reloj de pulsera. Su complicación daydate mantiene un funcionamiento digno y preciso y si algo puede reprocharse a este Pulsar Quartz, es su diseño ochentero, que le delata ante unos ojos especializados.
Pero un reloj de cuarzo cualquiera de 2011 no supera en características y prestaciones a este Pulsar del 83, porque este Pulsar tampoco era un reloj cualquiera en 1983. Hoy se siguen vendiendo relojes con menor impermeabilidad y calidad inferior tanto de calibre como de construcción. Sigue siendo un reloj digno cuya obsolescencia no es manifiesta, porque además no parece claro que haya sido superado de una forma abrumadora ni siquiera por los modelos posteriores del propio grupo Seiko. ¿Acaso los cuarzos actuales son más exactos? ¡Este Pulsar es más exacto que los relojes más comunes, mejor que 20 segundos al mes!
No sucede lo mismo con el Pentium IV. Todo el mundo sabe que es una antigualla. Si le damos este procesador fotografiado a un amiguete, lo más probable es que se haga un llavero :rules:
¿Cuál de los dos es el verdadero "vintage"? :666:
Todavía no hay chocolates japoneses que si no...
Salu2