• NORMAS PARA EL SUB-FORO "TERTULIA"

    A partir de la fecha 22/01/2012 en este sub-foro -además de las Normas Generales-, regirán las siguientes normas particulares:

    1. Los temas que se creen, serán como se indica en la descripción del subforo, para DEBATIR y OPINAR sobre temas que no estén relacionados con la relojería.

    2. Si un usuario crea un tema concreto (por ej. "Mi colección de sellos"), todos los demás aportes de dicha temática que realice, deberá hacerlos bajo el mismo hilo que inició, evitando dispersar multitud de aportes idénticos en el sub-foro. De no realizarlo de ese modo, el Staff procederá directamente a su borrado, sin más.

    3. No se permitirá la creación de temas sin sentido, de escaso interés colectivo, o cuya nula generación de debate haya ya sido comprobada con anterioridad (como por ej.: datos estadísticos, cotizaciones, frases célebres, refranes, efemérides y similares).

    4. Las intervenciones en este sub-foro NO computarán en el contador de intervenciones de los usuarios.

    5. FdR se reserva el derecho de ampliar estas normas en cualquier momento y sin previo aviso.

Centro Relojero Pedro Izquierdo

VIAGRA EN DECLIVE. Diario "El Mundo"

Alonso Urquiza

New member
300 orgasmos al día


. Michelle Thompson sufre el síndrome de excitación sexual persistente
. Por fin ha encontrado a un hombre que la satisface completamente

Hay mujeres que darían lo que fuera por tener un par de orgasmos a la semana. Y, sin embargo, durante años Michelle Thompson hubiera dado lo que fuera por bajar de los 300 al día. Durante años pero ya no. Porque Michelle ha dado por fin con la horma de su zapato: Andrew, un vecino divorciado capaz de satisfacer su voracidad.

Lo de Michelle no es un vicio sino una enfermedad poco frecuente ll amada síndrome de excitación sexual persistente. Una anomalía que hace fluir más sangre de la debida hacia los órganos genitales propiciando el clímax y la excitación sexual.

Durante años ha intentado buscar una cura para su trastorno. Ahora no. Ahora está más o menos satisfecha: "Si alguien viniera y me quitara para siempre mis orgasmos, creo que quedaría devastada".

Hasta ahora Michelle había sobrellevado su trastorno entre la alegría y la desolación. Alegría por el trajín repentino y constante que le late en la entrepierna. Desolación por no poder encontrar un hombre que lo satisfaga.

Los hombres se cansaban de ella

"Todos acababan cansados de mí", dijo hace unos días en las páginas de un tabloide británico, "pero cuando se lo dije a Andrew se rió y me dijo que él acabaría conmigo primero".

Dicho y hecho: Michelle y Andrew viven en la misma calle pero en casas distintas y de vez en cuando cruzan de acera para abandonarse a los placeres del dulce meneo. "Yo podría hacerlo las 24 horas del día y él también, normalmente cruzo la calle hasta su casa para tener sexo. Y lo hacemos al menos 10 veces al día", dice.

Un traqueteo que ha disparado la calidad de vida de Michelle, sumida en una insatisfacción continua por culpa del trastorno. Y no sólo en el plano personal sino también en su puesto de trabajo: tuvo que dejar su empleo en una fábrica de galletas porque el ruido de las máquinas le provocaba orgasmos continuos.

Andrew es el primer hombre que está a la altura del reto de Michelle. Y no porque ella no se haya detenido a buscar. Por su cama han pasado muchos hombres. El primero aguantó sólo unos meses, incapaz de seguirle el paso. Hubo uno que aguantó cinco años pero también tiró la toalla. "Cuando rompimos, estaba exhausto, era un hombre derrotado", dice ella.

Nada que ver con Andrew, que trabaja como limpiador en una empresa cercana a Nelson, la pedanía del condado de Lancaster donde residen los dos. Antes, Michelle buscaba una cura para sus orgasmos. Ahora no. Dice que le basta con Andrew.

"Ahora amo la vida de verdad, estamos planeando mudarnos a una casa juntos y lo haremos en cuanto podamos permitírnoslo. He estado buscando alguien como Andrew durante mucho tiempo y ahora me siento como si estuviera en el cielo", cuenta Michelle. Suponemos que Andrew, por ahora, también.
 
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