Tengo pasión por los relojes desde mi infacia, allá por la década del '60. Aún recuerdo la emoción que me embargó el día que mis padres me regalaron un reloj pulsera mecánico manual marca Renis, después de él tuve un reloj muy barato, casi de fantasía, marca Superva, que no me duró nada, después un Sicura, de acero (eso creo) muy deportivo que perdí al desprenderse la malla cuando nadaba en las Cataratas del Iguazú, en un lugar muy profundo bajo un salto de agua... en año '71. Como en esos tiempos todos los relojes eran analógicos, ni bien apareciéron los digitales me compré un Seiko digital que me acompañó mucho tiempo. Para esa misma época me había comprado un reloj de resina con cronómetro y sumergible que era de una marca que auspiciaba la Fórmula Uno, que se me terminó rompiendo en el servicio militar de tanto hacer cuerpos a tierra. Tuve varios relojes de resina digitales, un Citizen Pro Master con cronómetro que lamentablemente golpeé contra una pared jugando al Paddle y nunca volvió a quedar bien. Actualmente mi reloj "Nave Insignia" es un Le Roy de acero tipo cartier, pero es muy para "vestir bien". Para todos los días uso un Citizen automático de acero con cuadrante negro que lo tengo hace casi 20 años y anda perfecto. También tengo tres Swiss Watch, uno con cronómetro y malla de cuero que es una belleza, otro para deportes acuáticos waterproff 200 mts y otro de un diseño deportivo pero más conservador, y por último tengo un Reloj Rip Curl Tidemaster ATS con dos agujas independientes para las alturas de las mareas y un sistema de fases lunares que funciona perfecto, como este reloj es para surfing, yo lo utilizo para controlar mis tiempos en la piscina de mi club, donde soy nadador aficionado. Si bien tengo unos cuantos relojes, ellos no logran apagar mi sed de estar muy en contacto con ellos.