epicuro150
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Si creíamos que ya habíamos escuchado suficiente con la llegada de la sangre plástica, aun debemos esperar a ver que nos depara el polímero autorreparable que los científicos de la Universidad de Illinois, Chicago, parecen haber creado en el laboratorio.
El "plástico que se cura", al igual que una piel natural, contiene infinidad de nanocápsulas con material polimérico autorreparante, que se liberan a la hora de que el material sufre una herida. Pero a diferencia del tejido conectivo cicatrizal que emana de un daño en la piel humana, el plástico autorreparable emana básicamente el mismo material con el cual esta formada su estructura primaria.
Como desventaja, las nanocápsulas dispersas en toda la extensión del polímero, no son infinitas, por lo tanto, tras repetidas "lesiones" en un mismo lugar, el abastecimiento de materia prima tiende a agotarse, haciendo que el supermaterial requiera de un sistema secundario de transporte de microcápsulas. Enfrentados con este inconveniente, sus creadores han optado por transformar a este plástico en un material bicapa. De este modo, mientras la capa externa aloja el sustrato cicatrizante, la capa interna actúa transportando las nanopartículas de polímero hacia las zonas más descompensadas, imitando a la estructura interna de los vasos sanguíneos humanos.
Las aplicaciones para el nuevo plástico son tentadoras: piel sintética, circuitos autorreparables, transportes y edificios que se curan, y muchas otras imaginativas opciones.
Hay quienes opinan que este plástico pareciera ser más que nada una sustancia viva. De cualquier forma, el superplástico parece tener todas las propiedades de un material futurista: magnífico y escalofriante
El "plástico que se cura", al igual que una piel natural, contiene infinidad de nanocápsulas con material polimérico autorreparante, que se liberan a la hora de que el material sufre una herida. Pero a diferencia del tejido conectivo cicatrizal que emana de un daño en la piel humana, el plástico autorreparable emana básicamente el mismo material con el cual esta formada su estructura primaria.
Como desventaja, las nanocápsulas dispersas en toda la extensión del polímero, no son infinitas, por lo tanto, tras repetidas "lesiones" en un mismo lugar, el abastecimiento de materia prima tiende a agotarse, haciendo que el supermaterial requiera de un sistema secundario de transporte de microcápsulas. Enfrentados con este inconveniente, sus creadores han optado por transformar a este plástico en un material bicapa. De este modo, mientras la capa externa aloja el sustrato cicatrizante, la capa interna actúa transportando las nanopartículas de polímero hacia las zonas más descompensadas, imitando a la estructura interna de los vasos sanguíneos humanos.
Las aplicaciones para el nuevo plástico son tentadoras: piel sintética, circuitos autorreparables, transportes y edificios que se curan, y muchas otras imaginativas opciones.
Hay quienes opinan que este plástico pareciera ser más que nada una sustancia viva. De cualquier forma, el superplástico parece tener todas las propiedades de un material futurista: magnífico y escalofriante