Quintiliano
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Dos enterradores desentierran a un muerto en un cementerio cualquiera, al alba. Toca exhumar a un hombre que falleció hace más de cuarenta años, porque ha caducado el plazo de concesión de su sepultura, y como nadie la renovó, hay que desalojarlo y echarlo a la fosa común.
Los dos son empleados del ayuntamiento y cobran un sueldo muy bajo, que apenas da para vivir. Tras un buen rato cavando, por fin dan con la tapa del féretro. Lo sacan de la fosa ayudándose de unas poleas y lo abren de forma rutinaria, como han hecho centenares de veces, y sin ningún tipo de ceremonia, para extraer los huesos y alojarlos en una bolsa negra de basura que colocarán provisionalmente en un nicho especial durante un par de meses, por si alguien, aún transcurrido el plazo legal, reclamase los restos.
Enterrador1 abre la caja y se queda con la vista fijada en un punto concreto. Enterrador2 le dice "¿qué estás mirando?. ¿Es guapo verdad? jajajaja ¡Que no te va a comer! jajajaja"
Enterrador1 -"¿has visto el pedazo de reloj de oro que tiene el tipo este en la muñeca? ¡Vamos a cogerlo!"
Enterrador2- "ah pues tienes razón, además en este caso nadie ha venido a presenciar el levantamiento así que nos merecemos quedarnos con él, total los familiares de este difunto ya deben estar todos muertos también jajajaja...."
Con mucho cuidado Enterrador1 coge el reloj de oro y se lo arrebata al difunto, que aún lo tenía en la muñeca, y se lo mete en un bolsillo, no sin antes soplarle un poco para quitarle algo del polvo acumulado en la esfera.
El cristal del reloj está completamente opaco, casi no deja ver las manecillas, seguramente como consecuencia de la acción de elementos biológicos durante más de cuatro décadas. La caja dorada ha adquirido una fea pátina negruzca, y la correa se ha deteriorado mucho. Aún así, para una persona pobre, cualquier reloj dorado puede ser un gran tesoro, aunque se lo haya regalado la Muerte.
Enterrador2: -"tenemos que hablar con el Sosias, el anticuario, seguro que ése nos da al menos cincuenta euros por esta antigualla". Enterrador1 asiente y se empieza a despedir mentalmente del reloj.
Tienda taller de "El Sosias" (perista, buhonero, anticuario, etc)
Enterrador2: "Sosiaáaaas, mira lo que te traemos aquí: un reloj de oro interesantísimo, seguro que vale una pasta. Al menos vale 50 euros, digo yo".
Sosias: "¿de oro? ¿un reloj de oro dices?... veamos...(coge el reloj y lo examina con una lupa de relojero)... tiene un chapado de 18K como mucho, algo de corrosión en el cierre.... Además el cristal plexi hay que cambiarlo, y la caja necesita limpieza y pulido. Habrá que ver si no le faltan piezas al mecanismo, y las agujas tampoco tienen muy buen aspecto... pero algo, algo os podré dar (le alarga dos billetes cochambrosos de 10 euros). Está parado y lleno de mugre... tendré que repararlo, engrasarlo... vamos que son muchos gastos. Y sabiendo de dónde lo habéis sacado además igual hasta tiene un fantasma incorporado jejejejeje (ríen todos a carcajadas)
Mercadillo de la ciudad "X", hora punta
En uno de los tenderetes hay varios relojes antiguos, entre ellos un reloj dorado impecable y con aspecto "vintage" y distinguido.
Un señor elegantemente vestido, que acababa de bajarse de su Mercedes 600SL, se acerca al tenderete y pregunta por el reloj dorado.
- "Son doscientos euros caballero. Es un reloj antiguo muy elegante.... ya no se fabrican relojes así. No verá usted uno parecido".
- Sí... ya veo que es un... (coge el reloj y ve que en la esfera pone ROLEX. Siente una gran emoción. ¡¡Es un ROLEX vintage!!... pero calla. Hay que regatear. Vamos a demostrarle a este vendedor quién manda jajaja) ... pero me parece caro. Le ofrezco 80 euros. Es mi última oferta. Lo toma o lo deja." (el hombre está muy orgulloso de su ultimátum, aquellas palabras que Aristóteles Onassis le dijo al Príncipe Rainiero de Mónaco a propósito de cederle sus acciones del Casino de Montecarlo. El señor del Mercedes siempre quiso decir esas palabras y sentirse Onassis por un día).
El vendedor del tenderete mira hacia abajo, contempla el reloj, lo coge con cuidado, asiente con humildad y se lo entrega al caballero envuelto en papel celofán, mientras acepta los 80 euros. Hay que pagar las facturas y es mejor esta venta que ninguna. Una vez más, el capital ha vencido.
Ya de camino a su casa, conduciendo su flamante vehículo germano, el caballero se elogia a sí mismo por su hazaña:
- "¡Un Rolex antiguo de oro por un precio irrisorio! ¡Este vendedor es un ignorante y un estúpido! ¡Qué golpe de suerte y cómo voy a presumir con Márquez el lunes cuando se lo cuente ,ja ja!" -piensa- Y a continuación siente un impulso incontrolable de ambición. Quiere más. "Tengo que volver a comprar más en este mercadillo a por más gangas". Al llegar a casa abre una vitrina y coloca dentro de ella, cuidadosamente, el reloj que acaba de comprar. Una maravilla como ésa no debe ser utilizada. Un tesoro como ése es para guardarlo con mucho mimo y sacarle fotos para presumir delante de los colegas.
Pasan los meses y se encuentran Enterrador1 Enterrador 2 y Sosias en una taberna.
Enterrador1 le pregunta por el reloj. No se ha olvidado de él. No se encuentran relojes de oro todos los días en las sepulturas.
Sosias rememora con cierta indiferencia: -"Ah.. el reloj dorado aquel... se lo endosé a un ricacho fanfarrón por 80 euros. Según lo vio se encaprichó de él. Supongo que lo habrá metido en una vitrina y todo jejejeje"
Enterrador2: "¿Pero no era un ROLEX antiguo?"
Sosias: "¿Un ROLEX antiguo? jajajaajaja en la esfera ponía ROLEX pero el reloj era falsificado. El hombre que desenterrásteis os ha gastado una broma postmortem
JAJAJAJAJAJAJAJA (ríen todos)
Autor: Quintiliano. Este relato se publica bajo Licencia Creative Commons Compartir Igual No Comercial.
Publicado originalmente en mi blog el 21 de diciembre de 2009.
Los dos son empleados del ayuntamiento y cobran un sueldo muy bajo, que apenas da para vivir. Tras un buen rato cavando, por fin dan con la tapa del féretro. Lo sacan de la fosa ayudándose de unas poleas y lo abren de forma rutinaria, como han hecho centenares de veces, y sin ningún tipo de ceremonia, para extraer los huesos y alojarlos en una bolsa negra de basura que colocarán provisionalmente en un nicho especial durante un par de meses, por si alguien, aún transcurrido el plazo legal, reclamase los restos.
Enterrador1 abre la caja y se queda con la vista fijada en un punto concreto. Enterrador2 le dice "¿qué estás mirando?. ¿Es guapo verdad? jajajaja ¡Que no te va a comer! jajajaja"
Enterrador1 -"¿has visto el pedazo de reloj de oro que tiene el tipo este en la muñeca? ¡Vamos a cogerlo!"
Enterrador2- "ah pues tienes razón, además en este caso nadie ha venido a presenciar el levantamiento así que nos merecemos quedarnos con él, total los familiares de este difunto ya deben estar todos muertos también jajajaja...."
Con mucho cuidado Enterrador1 coge el reloj de oro y se lo arrebata al difunto, que aún lo tenía en la muñeca, y se lo mete en un bolsillo, no sin antes soplarle un poco para quitarle algo del polvo acumulado en la esfera.
El cristal del reloj está completamente opaco, casi no deja ver las manecillas, seguramente como consecuencia de la acción de elementos biológicos durante más de cuatro décadas. La caja dorada ha adquirido una fea pátina negruzca, y la correa se ha deteriorado mucho. Aún así, para una persona pobre, cualquier reloj dorado puede ser un gran tesoro, aunque se lo haya regalado la Muerte.
Enterrador2: -"tenemos que hablar con el Sosias, el anticuario, seguro que ése nos da al menos cincuenta euros por esta antigualla". Enterrador1 asiente y se empieza a despedir mentalmente del reloj.
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Tienda taller de "El Sosias" (perista, buhonero, anticuario, etc)
Enterrador2: "Sosiaáaaas, mira lo que te traemos aquí: un reloj de oro interesantísimo, seguro que vale una pasta. Al menos vale 50 euros, digo yo".
Sosias: "¿de oro? ¿un reloj de oro dices?... veamos...(coge el reloj y lo examina con una lupa de relojero)... tiene un chapado de 18K como mucho, algo de corrosión en el cierre.... Además el cristal plexi hay que cambiarlo, y la caja necesita limpieza y pulido. Habrá que ver si no le faltan piezas al mecanismo, y las agujas tampoco tienen muy buen aspecto... pero algo, algo os podré dar (le alarga dos billetes cochambrosos de 10 euros). Está parado y lleno de mugre... tendré que repararlo, engrasarlo... vamos que son muchos gastos. Y sabiendo de dónde lo habéis sacado además igual hasta tiene un fantasma incorporado jejejejeje (ríen todos a carcajadas)
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Mercadillo de la ciudad "X", hora punta
En uno de los tenderetes hay varios relojes antiguos, entre ellos un reloj dorado impecable y con aspecto "vintage" y distinguido.
Un señor elegantemente vestido, que acababa de bajarse de su Mercedes 600SL, se acerca al tenderete y pregunta por el reloj dorado.
- "Son doscientos euros caballero. Es un reloj antiguo muy elegante.... ya no se fabrican relojes así. No verá usted uno parecido".
- Sí... ya veo que es un... (coge el reloj y ve que en la esfera pone ROLEX. Siente una gran emoción. ¡¡Es un ROLEX vintage!!... pero calla. Hay que regatear. Vamos a demostrarle a este vendedor quién manda jajaja) ... pero me parece caro. Le ofrezco 80 euros. Es mi última oferta. Lo toma o lo deja." (el hombre está muy orgulloso de su ultimátum, aquellas palabras que Aristóteles Onassis le dijo al Príncipe Rainiero de Mónaco a propósito de cederle sus acciones del Casino de Montecarlo. El señor del Mercedes siempre quiso decir esas palabras y sentirse Onassis por un día).
El vendedor del tenderete mira hacia abajo, contempla el reloj, lo coge con cuidado, asiente con humildad y se lo entrega al caballero envuelto en papel celofán, mientras acepta los 80 euros. Hay que pagar las facturas y es mejor esta venta que ninguna. Una vez más, el capital ha vencido.
Ya de camino a su casa, conduciendo su flamante vehículo germano, el caballero se elogia a sí mismo por su hazaña:
- "¡Un Rolex antiguo de oro por un precio irrisorio! ¡Este vendedor es un ignorante y un estúpido! ¡Qué golpe de suerte y cómo voy a presumir con Márquez el lunes cuando se lo cuente ,ja ja!" -piensa- Y a continuación siente un impulso incontrolable de ambición. Quiere más. "Tengo que volver a comprar más en este mercadillo a por más gangas". Al llegar a casa abre una vitrina y coloca dentro de ella, cuidadosamente, el reloj que acaba de comprar. Una maravilla como ésa no debe ser utilizada. Un tesoro como ése es para guardarlo con mucho mimo y sacarle fotos para presumir delante de los colegas.
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Pasan los meses y se encuentran Enterrador1 Enterrador 2 y Sosias en una taberna.
Enterrador1 le pregunta por el reloj. No se ha olvidado de él. No se encuentran relojes de oro todos los días en las sepulturas.
Sosias rememora con cierta indiferencia: -"Ah.. el reloj dorado aquel... se lo endosé a un ricacho fanfarrón por 80 euros. Según lo vio se encaprichó de él. Supongo que lo habrá metido en una vitrina y todo jejejeje"
Enterrador2: "¿Pero no era un ROLEX antiguo?"
Sosias: "¿Un ROLEX antiguo? jajajaajaja en la esfera ponía ROLEX pero el reloj era falsificado. El hombre que desenterrásteis os ha gastado una broma postmortem
JAJAJAJAJAJAJAJA (ríen todos)
Autor: Quintiliano. Este relato se publica bajo Licencia Creative Commons Compartir Igual No Comercial.
Publicado originalmente en mi blog el 21 de diciembre de 2009.