fquiroga
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yo tengo un amigo muy amigo, cuyo hijo fallecio en venezuela prematuramente, y que fue una de las primeras personas, el hijo, que desperto mi aficion por los instrumentos de cuerda pulsada, que son en todas las culturas modestos instrumentos de comunicacion de canciones, letras trasnochadas, mensajes de la pobreza y pocas veces de la gloria
con una guitarra dificilmente se puede cantar la gloria de Dios, la gloria de todas las glorias, tradicionalmente la gloria de este señor se canta al compas de un organo de 18 pies como minimo en el recinto majestuoso de una catedral, y lo demas son sucedaneos
weno mi amigo, huerfano de hijo, porque nadie sabe como se llama eso de perder un hijo, es una especie de viudez terrible porque como decia una famosa actriz "no hay dolor mas terrible", mi amigo se consolaba de los avatares de la vida tocando el violin, que tocaba horrorosamente mal, el pobre, tanto que el mismo decia "voy a COMETER un tango"
y los amigos nos sumiamos en el silencio espectante de un amigo que comete un acto de nobleza increible al recrear con su modesto talento una pieza a la que dedica toda su persona, y precisamente por el hecho de implicarse de aquella manera el pobre tocaba muy mal, pero nadie se iba, tal era el respeto que inspiraba su modestia, honestidad, sinceridad
siempre que me acuerdo de el, no puedo dejar de pensar en lo chorras que es la perfeccion, no puedo dejar de pensar en cuantos niños he visto dejar la musica por el afan de perfeccion de los padres, los estudios, no he podido dejar de pensar en lo triste del fracaso antes del fracaso, el fracaso por el miedo a no ser perfecto, en una sociedad en la que cada vez mas nos hemos americanizado al punto de negarnos el derecho a fallar
y no puedo dejar de pensar en esas culturas primitivas que con una calabaza y una cuerda tensada son capaces de construir un universo de sonido, y que al vez si un dia alguien les regala un reloj habra destruido el sueño del tiempo eterno, inconmensurable, el imperfecto tiempo del universo
y no puedo dejar de pensar que hay mas poesia en un disco de charlie parker, con aquellos estruendosos fallos ocasionales que no se molestaba en corregir, o en el grito del brando "estelaaaaaaaaaaaa" o en la cara herida por el tiempo de bukowski, que en la perfecta imagen de una pizza de plastico
con una guitarra dificilmente se puede cantar la gloria de Dios, la gloria de todas las glorias, tradicionalmente la gloria de este señor se canta al compas de un organo de 18 pies como minimo en el recinto majestuoso de una catedral, y lo demas son sucedaneos
weno mi amigo, huerfano de hijo, porque nadie sabe como se llama eso de perder un hijo, es una especie de viudez terrible porque como decia una famosa actriz "no hay dolor mas terrible", mi amigo se consolaba de los avatares de la vida tocando el violin, que tocaba horrorosamente mal, el pobre, tanto que el mismo decia "voy a COMETER un tango"
y los amigos nos sumiamos en el silencio espectante de un amigo que comete un acto de nobleza increible al recrear con su modesto talento una pieza a la que dedica toda su persona, y precisamente por el hecho de implicarse de aquella manera el pobre tocaba muy mal, pero nadie se iba, tal era el respeto que inspiraba su modestia, honestidad, sinceridad
siempre que me acuerdo de el, no puedo dejar de pensar en lo chorras que es la perfeccion, no puedo dejar de pensar en cuantos niños he visto dejar la musica por el afan de perfeccion de los padres, los estudios, no he podido dejar de pensar en lo triste del fracaso antes del fracaso, el fracaso por el miedo a no ser perfecto, en una sociedad en la que cada vez mas nos hemos americanizado al punto de negarnos el derecho a fallar
y no puedo dejar de pensar en esas culturas primitivas que con una calabaza y una cuerda tensada son capaces de construir un universo de sonido, y que al vez si un dia alguien les regala un reloj habra destruido el sueño del tiempo eterno, inconmensurable, el imperfecto tiempo del universo
y no puedo dejar de pensar que hay mas poesia en un disco de charlie parker, con aquellos estruendosos fallos ocasionales que no se molestaba en corregir, o en el grito del brando "estelaaaaaaaaaaaa" o en la cara herida por el tiempo de bukowski, que en la perfecta imagen de una pizza de plastico