6aly
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Foto de una de las obras de Galy, inspirada tras la restauración de los 39 relojes y joyas de Dalí, compradas por la Fundación Dalí, a los Japoneses, tras la compra, era tal su estado que había que restaurarlas, no me mires, no me mires, que no me he puesto el maquillaje, parecía decirnos las obras de Dalí, cuando las vimos por primera vez, ya que fuimos el taller de relojería Montcada, junto a otro taller de joyería, los elegidos para la restauración, de las obras de Dalí, in situ, porque estas no se podían trasladar, por lo que improvisamos un par de talleres, de relojería, y joyería en el museo, el tiempo que duro la restauración, y una vez acabado nuestro trabajo, las obras de Dalí parecían decirnos, mira ahora, me puedes mirar que y me he puesto el maquillaje y vas a alucinar.
Poema objetó, de Galy, una de mis primeras obras del los años 90, sin firmar, inspirada como muchas otras en la obra de Dalí.
No me mires, no me mires.

Una vez restauradas y expuestas las obras de Dali, comenzó mi delirio, por el surrealismo, y el principio del fin, de Taller de Relojería MONTCADA, surgiendo de sus cenizas Galy, y sus poemas objeto.
Obra realizada en el año Dalí, ganadora de un premio, de escaparates sobre la Navidad y sus comilonas y cenas de Dioses, como si no hubiera un mañana, y una nueva cuesta de enero, ni en que las tumbas están repletas de excesos, y copiosas comidas y cenas.
Una obra, de Galy, inspirada en Dalí, y en los recuerdos del niño, hijo del jardinero del Campo Santo, recuerdos de en que aquellos días de su infancia, con mucho miedo le toco, llevarle la fiambrera llena de fiambre a su padre, al cementerio, y este siempre le decía no debes tener miedo a los muertos, ellos nunca te harán daño, tenle miedo a los vivos.
Tras toda una vida de dejardinero, mi padre, tras su fallecimiento, transcurridos cinco años, tan solo dejo por herencia a sus descendientes y esposa e hijos, un nicho, en el camposanto, que tanto cuido, el que fue años atrás la viña del Cacahuero.

La última cena de Galy, obra realizada en el año Dalí, ganadora de un premio, de escaparates sobre la Navidad y sus comilonas y cenas de Dioses, como si no hubiera un mañana, y una nueva cuesta de enero, ni en las tumbas repletas de excesos, y copiosas comidas y cenas.
Una obra, de Galy, inspirada en Dalí y los recuerdos del niño, hijo del jardinero del Campo Santo, recuerdos de aquellos días que le tocaba llevarle la fiambrera llena de fiambre a su padre, al cementerio.
Esta obra, junto con la obra, Cansado en un principio, surgieron, como autorretrato, un reflejo de mi mismo, en un tiempo futuro, y estuve a punto de añadirle a la última cena, una trepanación en el cráneo y ponerle una válvula de escape, porque lo que necesitaba en aquel tiempo pasado, para poder combatir las migrañas, pero lo que son las cosas recibí el encargo de una viuda, de un reloj para el nicho de su difunto marido y al ofrecérselo, al igual que las otras obras que le hice fue rechazado, por lo que lo recicle añadiéndole unos bigotes, en fin el difunto se quedó sin su reloj de muerto, y yo con una colección de relojes para difuntos, que posteriormente vendí parte a un coleccionista, el que me los compro por ser únicos.

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