Bueno, esto me lo he encontrado por ahí..... y como este es un foro de relojes... pues eso.....
HIJO DE emigrantes judíos, Grinberg nació en 1931 en La Habana, donde siendo apenas un adolescente comenzó a vender relojes con alarma. ANDREW H. WALKER / Getty Images
Photo By WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Gedalio Grinberg, el hombre que comenzó vendiendo modestos relojes con alarma en La Habana de 1946 y terminó como dueño del exclusivo imperio de los Movado, falleció el pasado domingo en Nueva York a los 77 años.
Fue un visionario que supo reconocer el futuro de la industria de los relojes lujosos en Estados Unidos, y potenciar las relaciones entre el mundo de los negocios y las artes.
''Mi padre fue un gran hombre que tocó muchas vidas mediante su generosidad como líder de negocios, filántropo y mecenas de las artes'', dijo su hijo Efraim Grinberg, presidente y principal ejecutivo de Movado Group, en un comunicado difundido el lunes.
``Su pasión por la industria de los relojes y por nuestro negocio perdurará''.
La nota agrega que sus herederos continuarán aplicando los conocimientos y la sabiduría que Grinberg imprimió a su companía desde los inicios y mantendrán sus empeños por posicionar a Movado Group como un líder de la industria de los relojes''.
Hijo de emigrantes judíos, Grinberg nació en 1931 en La Habana, donde siendo apenas un adolescente comenzó a vender relojes con alarma a mitad del precio tradicional.
Desde entonces no se detuvo como vendedor, distribuidor y fabricante de la mercancía que lo llevó a la riqueza y a la fama.
Empezó vendiendo por su cuenta entre 30 y 40 relojes mensuales de la marca Sheffield, con ganancias de entre dos y tres pesos por cada uno, pero pronto ascendió en el negocio. En virtud de sus especiales dones de vendedor, la firma Juvenia le entregó relojes a consignación para distribuir a las joyerías habaneras.
Pero en los años 50 sobrevendría su prestigio como comerciante, bajo la tutela de Fabián Weiss, el más exitoso distribuidor en Cuba de las marcas suizas Omega, Edox y Olma.
Tras su viaje de luna de miel a México en 1955, Grinberg regresó a La Habana con el encargo de distribuir en la isla una nueva marca suiza: Piaget, bajo el patronazgo de la firma Omega.
Eran sus momentos de esplendor cuando la revolución de Fidel Castro llegó al poder. Sometido a interrrogatorios policiales tras un encuentro con un negociante estadounidense, Grinberg decidió que no había nada más que hacer en Cuba y marchó con su familia al exilio, el 16 de agosto de 1960.
En Miami vivió en un pequeño apartamento y se ganó la vida vendiendo carne para los hogares de emigrados cubanos, hasta que se reconectó con antiguos socios y se fue a Nueva York a reiniciar su carrera como distribuidor de los relojes Piaget para el mercado estadounidense.
Lo demás es historia. Su compañía North American Watch terminó adquiriendo otros negocios de la industria de relojes hasta apoderarse del emporio en 1983, convirtiéndola en una corporación de $300 millones.
Fue amigo de Andy Wahrhol, quien le inspiró una edición de relojes Movado, diseñados por prominentes artistas. Se codeó con las más importantes personalidades mundiales, desde presidentes a grandes figuras del arte, pero nunca olvidó sus orígenes de comerciante humilde.
''Este es el mejor país del mundo'', declaró Grinberg en una entrevista con la cadena CNN hace pocos años. ``Aquí yo soy un cubano de origen judío, que habla el inglés con acento, pero nunca me he sentido un extranjero. Esta es una nación de oportunidades, y lo que me sucedió a mí aquí no podría haberme ocurrido en otro lugar del mundo''.
A Grinberg lo sobreviven su esposa Sonia, tres hijos y seis nietos.
HIJO DE emigrantes judíos, Grinberg nació en 1931 en La Habana, donde siendo apenas un adolescente comenzó a vender relojes con alarma. ANDREW H. WALKER / Getty Images
Photo By WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Gedalio Grinberg, el hombre que comenzó vendiendo modestos relojes con alarma en La Habana de 1946 y terminó como dueño del exclusivo imperio de los Movado, falleció el pasado domingo en Nueva York a los 77 años.
Fue un visionario que supo reconocer el futuro de la industria de los relojes lujosos en Estados Unidos, y potenciar las relaciones entre el mundo de los negocios y las artes.
''Mi padre fue un gran hombre que tocó muchas vidas mediante su generosidad como líder de negocios, filántropo y mecenas de las artes'', dijo su hijo Efraim Grinberg, presidente y principal ejecutivo de Movado Group, en un comunicado difundido el lunes.
``Su pasión por la industria de los relojes y por nuestro negocio perdurará''.
La nota agrega que sus herederos continuarán aplicando los conocimientos y la sabiduría que Grinberg imprimió a su companía desde los inicios y mantendrán sus empeños por posicionar a Movado Group como un líder de la industria de los relojes''.
Hijo de emigrantes judíos, Grinberg nació en 1931 en La Habana, donde siendo apenas un adolescente comenzó a vender relojes con alarma a mitad del precio tradicional.
Desde entonces no se detuvo como vendedor, distribuidor y fabricante de la mercancía que lo llevó a la riqueza y a la fama.
Empezó vendiendo por su cuenta entre 30 y 40 relojes mensuales de la marca Sheffield, con ganancias de entre dos y tres pesos por cada uno, pero pronto ascendió en el negocio. En virtud de sus especiales dones de vendedor, la firma Juvenia le entregó relojes a consignación para distribuir a las joyerías habaneras.
Pero en los años 50 sobrevendría su prestigio como comerciante, bajo la tutela de Fabián Weiss, el más exitoso distribuidor en Cuba de las marcas suizas Omega, Edox y Olma.
Tras su viaje de luna de miel a México en 1955, Grinberg regresó a La Habana con el encargo de distribuir en la isla una nueva marca suiza: Piaget, bajo el patronazgo de la firma Omega.
Eran sus momentos de esplendor cuando la revolución de Fidel Castro llegó al poder. Sometido a interrrogatorios policiales tras un encuentro con un negociante estadounidense, Grinberg decidió que no había nada más que hacer en Cuba y marchó con su familia al exilio, el 16 de agosto de 1960.
En Miami vivió en un pequeño apartamento y se ganó la vida vendiendo carne para los hogares de emigrados cubanos, hasta que se reconectó con antiguos socios y se fue a Nueva York a reiniciar su carrera como distribuidor de los relojes Piaget para el mercado estadounidense.
Lo demás es historia. Su compañía North American Watch terminó adquiriendo otros negocios de la industria de relojes hasta apoderarse del emporio en 1983, convirtiéndola en una corporación de $300 millones.
Fue amigo de Andy Wahrhol, quien le inspiró una edición de relojes Movado, diseñados por prominentes artistas. Se codeó con las más importantes personalidades mundiales, desde presidentes a grandes figuras del arte, pero nunca olvidó sus orígenes de comerciante humilde.
''Este es el mejor país del mundo'', declaró Grinberg en una entrevista con la cadena CNN hace pocos años. ``Aquí yo soy un cubano de origen judío, que habla el inglés con acento, pero nunca me he sentido un extranjero. Esta es una nación de oportunidades, y lo que me sucedió a mí aquí no podría haberme ocurrido en otro lugar del mundo''.
A Grinberg lo sobreviven su esposa Sonia, tres hijos y seis nietos.