Recaredo
New member
…o lo que hubiese tardado el servicio Técnico Longines en arreglarme el reloj y lo que tardó Pedro Izquierdo en hacerlo andar.
Explícome. Seguro que recordáis que mi Legend Diver entró en parada cardio-respiratoria la semana pasada. Como muy bien me aconsejasteis lo llevé a una relojería con taller de reparación Longines confiando en que me lo arreglaran en poco más de una semana. Mi gozo en un pozo porque el relojero me dijo que lo sentía pero que tenía que enviarlo al Servicio Técnico “Pero si seguro que no tiene nada” “Ya, pero eso nunca se sabe, y está la estanqueidad…” y que si patatín y que si patatán… “¿Pero no es usted servicio oficial?” “Sí, pero si el reloj está en garantía yo no estoy autorizado…” y que si aquello y lo de más allá. El caso es que se lo dejé.
Me llego donde Pedro a recoger mis Cauny con lágrimas en los ojos (de pena por peder de vista el LD y de alegría al ver la pasada de restauración de Pedro).
PI: - ¿Y tu LD?
R : - Lo acabo de dejar en el SAT… (primer capón)
PI_: Tú estás tonto, anda corre a por él que te lo mire.
Media hora después:
PI: - Vamos a abrirlo con la prensa para no dejar marcas… (lo abre, quita un tornillo…) Esto no tiene nada… (quita otro tornillo…) Esto sigue sin tener nada… (vuelve a atornillar lo desatornillado…) Pues eso, que no tiene nada.
R : - ¿Entonces no tiene arreglo?
PI: - ¡¡¡QUE NO QUÉ!!! ¡¡¡QUE NO QUÉ!!!
(Y al grito de ¡¡¡¡PECADORRRRR!!!! Comienza a darme capones:
PI: ¿¡Dudas de mí!? ¿¡DUDAS DE MI!?
Y mientras Lumber y Araujo le jaleaban para que me diese más fuerte, Zebulón intentaba sujetarle…
Z: ¡Pedro! ¡Para! ¡Tu mano! ¡Que puedes lesionarte la mano!
Y yo que pensaba que Nacho era mi amigo y que velaba por mí… pero no, lo único que pretendía es que Pedro no se lesionara la mano dándome collejas.
Entonces Vegabán, también presente, le gritó: ¡¡¡Con el pié!!! ¡Dale con el pié!
En definitiva, que escribo estas líneas de rodillas y no en penitencia por no creer que había sido capaz de arreglármelo en cero coma dos, sino porque no puedo sentarme (va a ser que con el pié también es un crack). O sea.
Eso sí, mi Legend Diver funciona perfectamente gracias a nuestro Di Stéfano de los relojes, que en menos de dos minutos me lo puso en marcha.
PD: Pues eso.
Explícome. Seguro que recordáis que mi Legend Diver entró en parada cardio-respiratoria la semana pasada. Como muy bien me aconsejasteis lo llevé a una relojería con taller de reparación Longines confiando en que me lo arreglaran en poco más de una semana. Mi gozo en un pozo porque el relojero me dijo que lo sentía pero que tenía que enviarlo al Servicio Técnico “Pero si seguro que no tiene nada” “Ya, pero eso nunca se sabe, y está la estanqueidad…” y que si patatín y que si patatán… “¿Pero no es usted servicio oficial?” “Sí, pero si el reloj está en garantía yo no estoy autorizado…” y que si aquello y lo de más allá. El caso es que se lo dejé.
Me llego donde Pedro a recoger mis Cauny con lágrimas en los ojos (de pena por peder de vista el LD y de alegría al ver la pasada de restauración de Pedro).
PI: - ¿Y tu LD?
R : - Lo acabo de dejar en el SAT… (primer capón)
PI_: Tú estás tonto, anda corre a por él que te lo mire.
Media hora después:
PI: - Vamos a abrirlo con la prensa para no dejar marcas… (lo abre, quita un tornillo…) Esto no tiene nada… (quita otro tornillo…) Esto sigue sin tener nada… (vuelve a atornillar lo desatornillado…) Pues eso, que no tiene nada.
R : - ¿Entonces no tiene arreglo?
PI: - ¡¡¡QUE NO QUÉ!!! ¡¡¡QUE NO QUÉ!!!
(Y al grito de ¡¡¡¡PECADORRRRR!!!! Comienza a darme capones:
PI: ¿¡Dudas de mí!? ¿¡DUDAS DE MI!?
Y mientras Lumber y Araujo le jaleaban para que me diese más fuerte, Zebulón intentaba sujetarle…
Z: ¡Pedro! ¡Para! ¡Tu mano! ¡Que puedes lesionarte la mano!
Y yo que pensaba que Nacho era mi amigo y que velaba por mí… pero no, lo único que pretendía es que Pedro no se lesionara la mano dándome collejas.
Entonces Vegabán, también presente, le gritó: ¡¡¡Con el pié!!! ¡Dale con el pié!
En definitiva, que escribo estas líneas de rodillas y no en penitencia por no creer que había sido capaz de arreglármelo en cero coma dos, sino porque no puedo sentarme (va a ser que con el pié también es un crack). O sea.
Eso sí, mi Legend Diver funciona perfectamente gracias a nuestro Di Stéfano de los relojes, que en menos de dos minutos me lo puso en marcha.
PD: Pues eso.