FUENTE: Diario EL FARO DE Murcia
El sector de la joyería, relojería y bisutería en la capital murciana como no podía ser de otra manera tampoco se ha escapado a las inclemencias borrascosas de la economía y ha terminado sucumbiendo tímidamente a los efectos negativos de la ya tan generalizada crisis económica, según 'El Faro'.
Este diario ha recorrido hasta 17 establecimientos de la ciudad que se dedican al sector de la joyería y ha recogido sus impresiones sobre el futuro y el presente del sector.
Muchos de los propietarios de estos pequeños comercios, se han visto en la tesitura de cerrar sus negocios, muy a su pesar, y otros tantos, sobreviven como millones de españoles hacen.
Además de las clases medias que luchan por llegar a final de mes, estos profesionales son los verdaderos perjudicados, tienen en contra que suelen ser autónomos; y ya se sabe, si no trabajan, no obtienen su salario al final de mes, ni pueden llegar a pagar los gastos que conlleva tener su tienda operativa.
“Trabajo el triple para poder ganar la mitad” es una de las frases que más sentenciaban los propietarios en alusión a los efectos sobre sus propios negocios o alguno que recalcaba que le dedicaba 16 horas diarias a su negocio.
Sólo con ver el panorama actual, podríamos llegar a entender que los comerciantes por regla general hayan visto reducir sus ventas, algunos en un 10% otros incluso en un 40 - 50%, y todos ellos, contemplan con impotencia que la única manera de poder salvar su puesto de trabajo e incluso la exclusiva manera de salvar su fuente de ingresos es dejar que el propio mercado se autorregule y que los compradores vuelvan a optar por tener la compra de estos artículos entre sus pautas básicas de consumo.
Ahora bien, aunque las ventas han caído, los precios se han contenido, en el caso concreto del oro, este material ha ha sufrido una tendencia al alza de su precio de venta alrededor de casi un 50% debido a que ha vuelto a ser considerado como un métal de inversión en oposición a la inversión que se podría conseguir con un producto bursátil, ya que ante todo, los clientes no desean arriesgar dinero en inversiones y pretenden la estabilidad que les produce un bien impercedero que es ajeno a las modas.
Los consumidores han cambiado radicalmente sus pautas de consumo debido a la caída del consumo familiar, y no por inseguridad ciudadana como podríamos creer, sino porque entienden que una joya no es un producto de primera necesidad, como podría ser pagar la hipoteca.
Ante esta nueva perspectiva, los joyeros tienen claro que no pueden quedarse con los brazos cruzados mirando simplemente como todo vuelve solo a la normalidad. y por ello han llevado a cabo diversas acciones financieras sobre todo para impulsar las ventas como puede ser descuentos, pero como matizaba una joyera “los clientes quieren productos buenos, bonitos y baratos”, y de alguna manera aunque intentan ofrecerle lo que buscan, llega a ser una tarea complicada porque la mayoría del gremio prima por un lado dar salida a sus stocks, otros apuestan por piezas clásicas readaptadas ya que “éstas siempre son seguras”, y otros apuestan por material nuevo con el que poder estimular a su target.
No existe fórmula existente que sea la mejor, cada empresario se ha adaptado a sus propias circunstancias particulares y en fidelizar a su target de clientes, pero todos confirman la idea esencial, que para sobrevivir han agudizado el ingenio para poder mantenerse activas.
El sector de la joyería, relojería y bisutería en la capital murciana como no podía ser de otra manera tampoco se ha escapado a las inclemencias borrascosas de la economía y ha terminado sucumbiendo tímidamente a los efectos negativos de la ya tan generalizada crisis económica, según 'El Faro'.
Este diario ha recorrido hasta 17 establecimientos de la ciudad que se dedican al sector de la joyería y ha recogido sus impresiones sobre el futuro y el presente del sector.
Muchos de los propietarios de estos pequeños comercios, se han visto en la tesitura de cerrar sus negocios, muy a su pesar, y otros tantos, sobreviven como millones de españoles hacen.
Además de las clases medias que luchan por llegar a final de mes, estos profesionales son los verdaderos perjudicados, tienen en contra que suelen ser autónomos; y ya se sabe, si no trabajan, no obtienen su salario al final de mes, ni pueden llegar a pagar los gastos que conlleva tener su tienda operativa.
“Trabajo el triple para poder ganar la mitad” es una de las frases que más sentenciaban los propietarios en alusión a los efectos sobre sus propios negocios o alguno que recalcaba que le dedicaba 16 horas diarias a su negocio.
Sólo con ver el panorama actual, podríamos llegar a entender que los comerciantes por regla general hayan visto reducir sus ventas, algunos en un 10% otros incluso en un 40 - 50%, y todos ellos, contemplan con impotencia que la única manera de poder salvar su puesto de trabajo e incluso la exclusiva manera de salvar su fuente de ingresos es dejar que el propio mercado se autorregule y que los compradores vuelvan a optar por tener la compra de estos artículos entre sus pautas básicas de consumo.
Ahora bien, aunque las ventas han caído, los precios se han contenido, en el caso concreto del oro, este material ha ha sufrido una tendencia al alza de su precio de venta alrededor de casi un 50% debido a que ha vuelto a ser considerado como un métal de inversión en oposición a la inversión que se podría conseguir con un producto bursátil, ya que ante todo, los clientes no desean arriesgar dinero en inversiones y pretenden la estabilidad que les produce un bien impercedero que es ajeno a las modas.
Los consumidores han cambiado radicalmente sus pautas de consumo debido a la caída del consumo familiar, y no por inseguridad ciudadana como podríamos creer, sino porque entienden que una joya no es un producto de primera necesidad, como podría ser pagar la hipoteca.
Ante esta nueva perspectiva, los joyeros tienen claro que no pueden quedarse con los brazos cruzados mirando simplemente como todo vuelve solo a la normalidad. y por ello han llevado a cabo diversas acciones financieras sobre todo para impulsar las ventas como puede ser descuentos, pero como matizaba una joyera “los clientes quieren productos buenos, bonitos y baratos”, y de alguna manera aunque intentan ofrecerle lo que buscan, llega a ser una tarea complicada porque la mayoría del gremio prima por un lado dar salida a sus stocks, otros apuestan por piezas clásicas readaptadas ya que “éstas siempre son seguras”, y otros apuestan por material nuevo con el que poder estimular a su target.
No existe fórmula existente que sea la mejor, cada empresario se ha adaptado a sus propias circunstancias particulares y en fidelizar a su target de clientes, pero todos confirman la idea esencial, que para sobrevivir han agudizado el ingenio para poder mantenerse activas.