El precio de producción promedio de un reloj chino es de un dólar
Fuente: Diario de Navarra
PARA algunos se trata de un aparato para medir el tiempo, pragmático y confiable, otros lo usan por motivos de prestigio, como joya de lujo. Es el reloj suizo, considerado una pieza de máxima calidad y precisión.
Sin embargo, en el valle de los relojes entre Basilea y Ginebra, conocido mundialmente, la crisis financiera y las dificultades crecientes de la economía mundial se hacen cada vez más visibles.
Eso ya se siente en la venta de relojes. "Nos damos cuenta de que vienen menos turistas a Ginebra", dijo Roger Foex, quien trabaja en el negocio de los relojes en la calle turística Rue de Mont-Blanc, de Ginebra. Por este motivo, en su negocio se venden muchos menos relojes. "En particular cayó el flujo de turistas de Japón, Estados Unidos y Rusia", indicó el vendedor.
Elio Calandra, empleado de una empresa de relojes de lujo suizos, coincide con esa opinión. Su firma registró un descenso de las ventas de entre un 5 y 10% en comparación con los meses anteriores. Considera probable que se produzca una caída aún más importante el próximo año. "Sin embargo, para las ventas navideñas estamos confiados", señaló.
Alexander Roux, encargado de la división de relojes de una gran tienda suiza, pone sus esperanzas en las ventas de Navidad. Sin embargo, éstas se hacen esperar. El año pasado, para la misma fecha las ventas habían sido mejores.
"Presumo que muchas personas están esperando los próximos acontecimientos en la actual crisis financiera", dijo Roux. "Los clientes vendrán poco antes de Navidad, espero".
El mercado de relojes suizos está dominado por Swatch Group, al que pertenecen gran cantidad de marcas de relojes del segmento de lujo.
Desde el inicio de este año, el valor de las acciones de este grupo se redujo a menos de la mitad. Su presidente Nick Hayek se muestra pese a ello optimista.
En el diario "NZZ am Sonntag", Hayek subrayó que los negocios del grupo iban bien y que en particular en Rusia y Asia hay gran demanda. No hay ni suspensión de contrataciones ni de inversiones. Su empresa sigue teniendo un excedente de pedidos, indicó.
También el consejo de administración de la firma Richemont de Ginebra y el presidente de la Fundación para el Fomento del Alto Arte de la Relojería, Franco Cologni, mantienen la calma.
El lujo se mantiene
Si bien Richemont sufrió una caída de un tercio del valor de sus acciones desde inicios de 2008, Cologni es "básicamente optimista", dijo en una entrevista con la revista económica suiza L"Agefi.
Los relojes del segmento de lujo de alrededor de 20.000 francos suizos (unos 13.000 euros/más de 17.000 dólares) se siguen vendiendo relativamente bien.
Esto se debe, según Cologni, a un posible cambio de paradigma: los relojes de lujo se entienden como una inversión confiable.
"En el futuro, se buscarán más valores seguros y productos reales, en lugar de abstracciones financieras difícilmente entendibles", vaticinó el empresario.
En los años 70, la industria de relojes suiza atravesó una crisis. Entonces, algunas empresas quebraron por la competencia de productos baratos fabricados en Asia.
Aún en la actualidad, un reloj suizo no puede competir por el precio con Asia. El precio de producción promedio de un reloj chino es de un dólar, mientras que de un reloj fabricado en Suiza es de 329 dólares (unos 260 euros), indicó "Prasenz Schweiz" (PRS), un departamento de información del Ministerio del Exterior en Berna.
La ventaja suiza respecto de la competencia sigue siendo la calidad, así como la diversidad de tecnología y diseño.
Fuente: Diario de Navarra
PARA algunos se trata de un aparato para medir el tiempo, pragmático y confiable, otros lo usan por motivos de prestigio, como joya de lujo. Es el reloj suizo, considerado una pieza de máxima calidad y precisión.
Sin embargo, en el valle de los relojes entre Basilea y Ginebra, conocido mundialmente, la crisis financiera y las dificultades crecientes de la economía mundial se hacen cada vez más visibles.
Eso ya se siente en la venta de relojes. "Nos damos cuenta de que vienen menos turistas a Ginebra", dijo Roger Foex, quien trabaja en el negocio de los relojes en la calle turística Rue de Mont-Blanc, de Ginebra. Por este motivo, en su negocio se venden muchos menos relojes. "En particular cayó el flujo de turistas de Japón, Estados Unidos y Rusia", indicó el vendedor.
Elio Calandra, empleado de una empresa de relojes de lujo suizos, coincide con esa opinión. Su firma registró un descenso de las ventas de entre un 5 y 10% en comparación con los meses anteriores. Considera probable que se produzca una caída aún más importante el próximo año. "Sin embargo, para las ventas navideñas estamos confiados", señaló.
Alexander Roux, encargado de la división de relojes de una gran tienda suiza, pone sus esperanzas en las ventas de Navidad. Sin embargo, éstas se hacen esperar. El año pasado, para la misma fecha las ventas habían sido mejores.
"Presumo que muchas personas están esperando los próximos acontecimientos en la actual crisis financiera", dijo Roux. "Los clientes vendrán poco antes de Navidad, espero".
El mercado de relojes suizos está dominado por Swatch Group, al que pertenecen gran cantidad de marcas de relojes del segmento de lujo.
Desde el inicio de este año, el valor de las acciones de este grupo se redujo a menos de la mitad. Su presidente Nick Hayek se muestra pese a ello optimista.
En el diario "NZZ am Sonntag", Hayek subrayó que los negocios del grupo iban bien y que en particular en Rusia y Asia hay gran demanda. No hay ni suspensión de contrataciones ni de inversiones. Su empresa sigue teniendo un excedente de pedidos, indicó.
También el consejo de administración de la firma Richemont de Ginebra y el presidente de la Fundación para el Fomento del Alto Arte de la Relojería, Franco Cologni, mantienen la calma.
El lujo se mantiene
Si bien Richemont sufrió una caída de un tercio del valor de sus acciones desde inicios de 2008, Cologni es "básicamente optimista", dijo en una entrevista con la revista económica suiza L"Agefi.
Los relojes del segmento de lujo de alrededor de 20.000 francos suizos (unos 13.000 euros/más de 17.000 dólares) se siguen vendiendo relativamente bien.
Esto se debe, según Cologni, a un posible cambio de paradigma: los relojes de lujo se entienden como una inversión confiable.
"En el futuro, se buscarán más valores seguros y productos reales, en lugar de abstracciones financieras difícilmente entendibles", vaticinó el empresario.
En los años 70, la industria de relojes suiza atravesó una crisis. Entonces, algunas empresas quebraron por la competencia de productos baratos fabricados en Asia.
Aún en la actualidad, un reloj suizo no puede competir por el precio con Asia. El precio de producción promedio de un reloj chino es de un dólar, mientras que de un reloj fabricado en Suiza es de 329 dólares (unos 260 euros), indicó "Prasenz Schweiz" (PRS), un departamento de información del Ministerio del Exterior en Berna.
La ventaja suiza respecto de la competencia sigue siendo la calidad, así como la diversidad de tecnología y diseño.