Fuente: Swissinfo.ch
La 19ª edición del Salón de Alta Relojería de Ginebra, transcurrió con menos 'glamour' que en años previos.
Durante un quinquenio el sector relojero helvético creció más de un 10% anual. En 2009 marcas como Cartier, Piaget o IWC se enfrentan a una nueva realidad: Estados Unidos y Japón, sus mejores clientes, están en plena depresión económica.
De cada 10 relojes que se producen en Suiza, 8 se venden en el extranjero. Un perfil de comercialización que explica por qué la crisis económica que aqueja a todas las economías de envergadura ha comenzado a hacer estragos en este sector productivo.
El balance de ventas del ejercicio 2008 no se conocerá hasta febrero. Sin embargo, la Federación de la Industria Relojera Suiza (FH por sus siglas en francés) ofrece un revelador avance:
"Las exportaciones relojeras resintieron pronto el golpe económico; en noviembre, que suele ser el mes con mejores ventas del año, la facturación sumó 1.500 millones de francos suizos, una cifra un 15,3% inferior a la registrada durante el mismo mes de 2007".
Y desde la apertura del Salón de Alta Relojería de Ginebra el pasado lunes (19.01.), los expositores han tenido claro que las reglas de juego cambiaron, pese a lo cual no escatimaron en gastos durante la presentación de sus nuevas colecciones.
La realidad sectorial
El año pasado, el sector relojero suizo materializó exportaciones por alrededor de 17.000 millones de francos suizos. Todas las empresas del gremio descorchaban champaña para celebrarlo.
Japón, Hong Kong y Estados Unidos eran los tres principales clientes, con ventas sumadas del orden de los 6.000 millones de pesos y un 32% del mercado.
Francia, Italia y Alemania, afectos a la impecable manufactura helvética, representaban un 15% del mercado de las exportaciones relojeras suizas y reportaban ingresos del orden de los 2.9000 millones de francos suizos.
Ahora el panorama es completamente distinto. De acuerdo con Fabienne Luppo, directora general del Salón de Alta Relojería de Ginebra, como en las finanzas, la relojería vivió una especie de 'burbuja' durante los últimos años que se rompió en 2009.
A partir de este año, lo que debemos esperar son crecimientos de entre un 4 y un 5% anual, muy distintos a los repuntes anuales de dos dígitos que se observaron entre 2003 y 2008, agrega el presidente de la Federación de la Industria Relojera Suiza, Jean-Daniel Pasche.
Una previsión que deja claro que los tiempos en los que los fabricantes no eran capaces de seguirle el ritmo a la demanda foránea quedaron atrás.
Salón de Ginebra
Tradicionalmente el Salón Internacional de Alta Relojería se celebraba en abril. En 2008, los organizadores decidieron adelantarlo a enero para no competir con eventos como el Baselword, un salón mundial que es el paraíso de la relojería y la joyería de lujo, que se celebra cada primavera en Basilea.
El Salón de Internacional de Alta Relojería de Ginebra es organizado por Richemont, propietario de marcas como Cartier, Piaget o IWC. A la edición 2009 asistieron un total de 16 expositores.
Y aunque el balance de las ventas se conocerá una vez que el salón haya cerrado sus puertas (23.01.), se estima que el flujo de asistentes se haya reducido en más de un 40% en el caso de los visitantes de Norteamérica y un 25% en el caso de los asiáticos.
Los fieles del salón son esencialmente propietarios de joyerías interesados en las nuevas colecciones para venderlas en sus lugares de origen.
Por lo que toca a Richemont, el grupo relojero suizo ya dio un avance de la situación actual de sus finanzas.
En noviembre de 2008, sus ventas cayeron un 7% en lo general, y más de 20% en el caso de mercados específicos como el de Estados Unidos.
Y extraoficialmente, los mercados financieros corrieron el rumor de que Cartier ha comenzado a revisar su plantilla laboral y aguarda los resultados anuales del sector relojero para decidir en febrero si recortará o no personal.
Piratería, otra lucha
Además de la recesión, la otra batalla que habrá de librar el sector relojero suizo en 2009 es la piratería, una práctica que se combate con rigor en cada vez más países, pero que se mantiene como un lastre para las empresas como las del sector relojero y joyero.
La Fundación de la Alta Relojería y la Federación de la Industria Relojera Suiza se asociaron en 2008 en una campaña antipiratería que busca sensibilizar al público sobre los alcances de este problema.
En 2009 saben que, pese a los esfuerzos sostenidos que realizan, "la expansión de este delito es cada vez más rápida y sofisticada debido a medios como Internet".
La piratería de relojes suizos representa actualmente un mercado del orden de los 500 millones de francos suizos.
A juicio de la federación relojera, cada año se producen unos 40 millones de relojes falsos, 1,5 veces el número de relojes originales que se exportan en ese mismo periodo.
El 2009, queda claro, nada tendrá que ver para las empresas relojeras con su pasado reciente.
La 19ª edición del Salón de Alta Relojería de Ginebra, transcurrió con menos 'glamour' que en años previos.
Durante un quinquenio el sector relojero helvético creció más de un 10% anual. En 2009 marcas como Cartier, Piaget o IWC se enfrentan a una nueva realidad: Estados Unidos y Japón, sus mejores clientes, están en plena depresión económica.
De cada 10 relojes que se producen en Suiza, 8 se venden en el extranjero. Un perfil de comercialización que explica por qué la crisis económica que aqueja a todas las economías de envergadura ha comenzado a hacer estragos en este sector productivo.
El balance de ventas del ejercicio 2008 no se conocerá hasta febrero. Sin embargo, la Federación de la Industria Relojera Suiza (FH por sus siglas en francés) ofrece un revelador avance:
"Las exportaciones relojeras resintieron pronto el golpe económico; en noviembre, que suele ser el mes con mejores ventas del año, la facturación sumó 1.500 millones de francos suizos, una cifra un 15,3% inferior a la registrada durante el mismo mes de 2007".
Y desde la apertura del Salón de Alta Relojería de Ginebra el pasado lunes (19.01.), los expositores han tenido claro que las reglas de juego cambiaron, pese a lo cual no escatimaron en gastos durante la presentación de sus nuevas colecciones.
La realidad sectorial
El año pasado, el sector relojero suizo materializó exportaciones por alrededor de 17.000 millones de francos suizos. Todas las empresas del gremio descorchaban champaña para celebrarlo.
Japón, Hong Kong y Estados Unidos eran los tres principales clientes, con ventas sumadas del orden de los 6.000 millones de pesos y un 32% del mercado.
Francia, Italia y Alemania, afectos a la impecable manufactura helvética, representaban un 15% del mercado de las exportaciones relojeras suizas y reportaban ingresos del orden de los 2.9000 millones de francos suizos.
Ahora el panorama es completamente distinto. De acuerdo con Fabienne Luppo, directora general del Salón de Alta Relojería de Ginebra, como en las finanzas, la relojería vivió una especie de 'burbuja' durante los últimos años que se rompió en 2009.
A partir de este año, lo que debemos esperar son crecimientos de entre un 4 y un 5% anual, muy distintos a los repuntes anuales de dos dígitos que se observaron entre 2003 y 2008, agrega el presidente de la Federación de la Industria Relojera Suiza, Jean-Daniel Pasche.
Una previsión que deja claro que los tiempos en los que los fabricantes no eran capaces de seguirle el ritmo a la demanda foránea quedaron atrás.
Salón de Ginebra
Tradicionalmente el Salón Internacional de Alta Relojería se celebraba en abril. En 2008, los organizadores decidieron adelantarlo a enero para no competir con eventos como el Baselword, un salón mundial que es el paraíso de la relojería y la joyería de lujo, que se celebra cada primavera en Basilea.
El Salón de Internacional de Alta Relojería de Ginebra es organizado por Richemont, propietario de marcas como Cartier, Piaget o IWC. A la edición 2009 asistieron un total de 16 expositores.
Y aunque el balance de las ventas se conocerá una vez que el salón haya cerrado sus puertas (23.01.), se estima que el flujo de asistentes se haya reducido en más de un 40% en el caso de los visitantes de Norteamérica y un 25% en el caso de los asiáticos.
Los fieles del salón son esencialmente propietarios de joyerías interesados en las nuevas colecciones para venderlas en sus lugares de origen.
Por lo que toca a Richemont, el grupo relojero suizo ya dio un avance de la situación actual de sus finanzas.
En noviembre de 2008, sus ventas cayeron un 7% en lo general, y más de 20% en el caso de mercados específicos como el de Estados Unidos.
Y extraoficialmente, los mercados financieros corrieron el rumor de que Cartier ha comenzado a revisar su plantilla laboral y aguarda los resultados anuales del sector relojero para decidir en febrero si recortará o no personal.
Piratería, otra lucha
Además de la recesión, la otra batalla que habrá de librar el sector relojero suizo en 2009 es la piratería, una práctica que se combate con rigor en cada vez más países, pero que se mantiene como un lastre para las empresas como las del sector relojero y joyero.
La Fundación de la Alta Relojería y la Federación de la Industria Relojera Suiza se asociaron en 2008 en una campaña antipiratería que busca sensibilizar al público sobre los alcances de este problema.
En 2009 saben que, pese a los esfuerzos sostenidos que realizan, "la expansión de este delito es cada vez más rápida y sofisticada debido a medios como Internet".
La piratería de relojes suizos representa actualmente un mercado del orden de los 500 millones de francos suizos.
A juicio de la federación relojera, cada año se producen unos 40 millones de relojes falsos, 1,5 veces el número de relojes originales que se exportan en ese mismo periodo.
El 2009, queda claro, nada tendrá que ver para las empresas relojeras con su pasado reciente.