Fuente: Diario La Vanguardia.
Unas sandalias, un cuenco y un plato, un reloj de bolsillo y las gafas del pacifista Mahatma Gandhi fueron vendidos hoy en Nueva York por un total de 1,8 millones de dólares, aunque inicialmente habían sido valorados entre 20.000 y 30.000 dólares.
Son "1,8 millones de dólares. Ese ha sido el precio de martillo" de los artículos subastados de Gandhi, dijo hoy una representante de la casa de subastas en Manhattan sobre esta venta pública que ha causado polémica en la India, por considerar esos objetos como patrimonio nacional.
La venta de estos artículos personales de Gandhi, prácticamente las únicas posesiones materiales del padre de la patria india, se ha visto rodeada de expectación desde su anuncio a principios de febrero por parte de la oficina neoyorquina de la casa de subastas suiza.
Hasta el último momento en que el encargado de la subasta golpeara con su martillo el atril y cerrara la venta, hubo polémica respecto a esos modestos bienes del pacifista indio, pues algunos medios estadounidenses indicaron que su dueño, el coleccionista James Otis los había retirado de la venta.
Sin embargo, representantes de la casa de subastas, visiblemente nerviosos, se limitaban a decir que "la venta ha empezado y sigue adelante". El lote vendido, cuyo comprador se desconoce, incluía además de las famosas gafas metálicas redondas, un cuenco y su plato que llevan una inscripción, así como unas sandalias de piel usadas y un reloj de bolsillo, así como varias imágenes de Gandhi.
El director de Antiquorum en Nueva York, Julian Schaerer, señaló antes de la venta que ésta era "una buena oportunidad para que alguien adquiera estos objetos y los ceda a un museo o al pueblo de India". Esta misma semana el Tribunal Superior de Nueva Delhi dictó una orden para intentar paralizar la venta del lote de objetos, que sin embargo no se ha conseguido.
En 1996, un tribunal indio dictó una orden similar con la que la corte logró parar la subasta de unos manuscritos de Gandhi en Londres. Las pertenencias de Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948) llegaron a Otis después de pasar por otras subastas, desde que el líder político indio se las diera a su nieta Abha Gandhi.
El reloj de bolsillo, que Gandhi siempre llevaba colgado de sus ropajes blancos, es de la marca Zenith, y data de 1910. La hora que marca en la foto distribuida por Antiquorum son las 10:10.
Ese reloj, con sus números dorados casi desgastados y al que faltan las manecillas de los segundos y de la alarma, representaba para el pacifista indio nacido en Porbandar, "su preocupación por el tiempo y con ser puntual. Siempre lo llevaba en su bolsillo. Se lo dio en la década de los cuarenta a su nieta Abha Gandhi, que fue su asistente por seis años y en cuyos brazos murió", dijeron los expertos de Antiquorum.
Las humildes sandalias de cuero hoy vendidas a ese millonario precio en el lote fueron, al parecer, entregadas por el mismo Gandhi a un militar británico en 1931 en Aden, durante un viaje desde Bombay a Londres.
Según la firma, "el oficial británico tomó fotos de Gandhi en Aden antes de asistir a una ronda de negociaciones sobre la independencia de India, y a cambio él le dio sus sandalias". En cuanto a otras dos de las piezas que tanta polémica han suscitado en India, como el plato y el cuenco, en los que Gandhi comía, fueron también un regalo a su nieta Abha en la década de los cuarenta del pasado siglo.
"Van acompañados de cartas de autenticidad de Ghita Mehta, la hija de Abha y de quien los heredó a su muerte", dijeron los expertos. Un par de las míticas gafas metálicas y redondeadas, con su estuche de cuero negro, que usaba el pacifista que inspiró a otros activistas, como el estadounidense Martin Luther King (1929-1968), varias décadas después, se cree que fueron un regalo al príncipe y militar indio Shiri Diwan Nawab, probablemente en los años treinta.
"Al parecer le consultó a Gandhi para inspirarse, y él le entregó sus gafas, diciéndole que esos eran los ojos que le habían dado su visión de la India", señala Antiquorum en su catálogo. El nuevo propietario de esos lentes ha obtenido también la carta de autenticidad firmada por uno de los descendientes del líder indio, el coronel Talatsahid Khan Babi y por el doctor Lester Kurtz.
Otis, antes de la subasta, explicó que sentía "tristeza" por la polémica y explicó que durante años había coleccionando artículos de Gandhi a través de subastas o compras a particulares con la intención de realizar exposiciones, y que su intención nunca fue comerciar con ellos, sino "venderlos para tratar de transmitir su mensaje".
Unas sandalias, un cuenco y un plato, un reloj de bolsillo y las gafas del pacifista Mahatma Gandhi fueron vendidos hoy en Nueva York por un total de 1,8 millones de dólares, aunque inicialmente habían sido valorados entre 20.000 y 30.000 dólares.
Son "1,8 millones de dólares. Ese ha sido el precio de martillo" de los artículos subastados de Gandhi, dijo hoy una representante de la casa de subastas en Manhattan sobre esta venta pública que ha causado polémica en la India, por considerar esos objetos como patrimonio nacional.
La venta de estos artículos personales de Gandhi, prácticamente las únicas posesiones materiales del padre de la patria india, se ha visto rodeada de expectación desde su anuncio a principios de febrero por parte de la oficina neoyorquina de la casa de subastas suiza.
Hasta el último momento en que el encargado de la subasta golpeara con su martillo el atril y cerrara la venta, hubo polémica respecto a esos modestos bienes del pacifista indio, pues algunos medios estadounidenses indicaron que su dueño, el coleccionista James Otis los había retirado de la venta.
Sin embargo, representantes de la casa de subastas, visiblemente nerviosos, se limitaban a decir que "la venta ha empezado y sigue adelante". El lote vendido, cuyo comprador se desconoce, incluía además de las famosas gafas metálicas redondas, un cuenco y su plato que llevan una inscripción, así como unas sandalias de piel usadas y un reloj de bolsillo, así como varias imágenes de Gandhi.
El director de Antiquorum en Nueva York, Julian Schaerer, señaló antes de la venta que ésta era "una buena oportunidad para que alguien adquiera estos objetos y los ceda a un museo o al pueblo de India". Esta misma semana el Tribunal Superior de Nueva Delhi dictó una orden para intentar paralizar la venta del lote de objetos, que sin embargo no se ha conseguido.
En 1996, un tribunal indio dictó una orden similar con la que la corte logró parar la subasta de unos manuscritos de Gandhi en Londres. Las pertenencias de Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948) llegaron a Otis después de pasar por otras subastas, desde que el líder político indio se las diera a su nieta Abha Gandhi.
El reloj de bolsillo, que Gandhi siempre llevaba colgado de sus ropajes blancos, es de la marca Zenith, y data de 1910. La hora que marca en la foto distribuida por Antiquorum son las 10:10.
Ese reloj, con sus números dorados casi desgastados y al que faltan las manecillas de los segundos y de la alarma, representaba para el pacifista indio nacido en Porbandar, "su preocupación por el tiempo y con ser puntual. Siempre lo llevaba en su bolsillo. Se lo dio en la década de los cuarenta a su nieta Abha Gandhi, que fue su asistente por seis años y en cuyos brazos murió", dijeron los expertos de Antiquorum.
Las humildes sandalias de cuero hoy vendidas a ese millonario precio en el lote fueron, al parecer, entregadas por el mismo Gandhi a un militar británico en 1931 en Aden, durante un viaje desde Bombay a Londres.
Según la firma, "el oficial británico tomó fotos de Gandhi en Aden antes de asistir a una ronda de negociaciones sobre la independencia de India, y a cambio él le dio sus sandalias". En cuanto a otras dos de las piezas que tanta polémica han suscitado en India, como el plato y el cuenco, en los que Gandhi comía, fueron también un regalo a su nieta Abha en la década de los cuarenta del pasado siglo.
"Van acompañados de cartas de autenticidad de Ghita Mehta, la hija de Abha y de quien los heredó a su muerte", dijeron los expertos. Un par de las míticas gafas metálicas y redondeadas, con su estuche de cuero negro, que usaba el pacifista que inspiró a otros activistas, como el estadounidense Martin Luther King (1929-1968), varias décadas después, se cree que fueron un regalo al príncipe y militar indio Shiri Diwan Nawab, probablemente en los años treinta.
"Al parecer le consultó a Gandhi para inspirarse, y él le entregó sus gafas, diciéndole que esos eran los ojos que le habían dado su visión de la India", señala Antiquorum en su catálogo. El nuevo propietario de esos lentes ha obtenido también la carta de autenticidad firmada por uno de los descendientes del líder indio, el coronel Talatsahid Khan Babi y por el doctor Lester Kurtz.
Otis, antes de la subasta, explicó que sentía "tristeza" por la polémica y explicó que durante años había coleccionando artículos de Gandhi a través de subastas o compras a particulares con la intención de realizar exposiciones, y que su intención nunca fue comerciar con ellos, sino "venderlos para tratar de transmitir su mensaje".