Galy
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Hoy domingo tras levantarme tarde, desayunar, poner mis correos al día por Internet, mire por la ventana, viendo a mis
vecinos divertirse, y es que es fiesta mayor, que buen día hace hoy me dije para mi mismo, 30º grados al sol, y 25 a la
sombra un día para aprovecharlo y disfrutar de el, tras despedirme de mi señora a la que se quedo en casa como de
costumbre haciendo las cosas del hogar me fui solo en busca del puente de hierro, pensaran que machista es este hombre
dejo la mujer en casa, pero que hace un marido en casa la mañana del domingo pues estorbar, pues si en casa quedo ella la
que no comparte mis aficiones ni yo las suyas así que me fui, hay quien disfruta con la limpieza y el orden y para ello es muy
exigente y pide que nadie este por medio ensuciando, así que lo mejor que puedo hacer es dejarla con sus quehaceres y yo
me voy ha natación, los hijos a lo suyo el chico de viaje a el país Vasco, en un viaje gastronomito regalo de la empresa, y la
chica de fin de semana con el novio, bueno a lo que íbamos a por el puente de hierro, me dirijo hacia la estación a cabalgar
en el caballo de hierro y tras dos estaciones me deja en el pueblo vecino, el que tengo que dejar atrás y dirigirme al pueblo
de al lado donde suelo ir desde hace años a natación, en mi trayecto me voy fijando en los detalles los comercios sus
clientes y aquellos que lo regentan y me llama la atención que la mayoría son regentados por Chinos, Paquistaníes, Árabes y
demás inmigrantes, que curioso en un país de 4 millones de parados y los comercios que me encuentro abiertos en un día
festivo son extranjeros, los comercios de los españoles están casi todos cerrados, tras mi larga travesía andando llego por
fin al tan esperado y grande puente de hierro tras subir una pronunciada pendiente me encuentro al lateral en un recodo a
los africanos bajo un sol de justicia vendiendo sus genero, sobre una manta atadas con cordeles como si fuera una red por
si fuera necesario tirar de la manta y salir corriendo porque viene la pasma, me cruzo con un ciclista y un peatón haciendo
footing, una joven muy gruesa vestida de negro, la que me llama la atención no por estar entrada en carnes sino por llevar
la cabeza afeitada, sigo mi camino y me paro a contemplar las vistas de debajo del puente, no deja de fluir la vida los
coches pasan por la autopista como alma que lleva el diablo, a lo lejos se ve mi pueblo y la montaña herida la que una de
sus cuevas me dio cobijo cuando niño, de ella hace ya muchos años que extraen la materia para el hacer el cemento, sigo
mi camino y de nuevo me paro a contemplar el rió y su lento caudal de agua y las gaviotas planeado sobre el, observo en
ambos lados que esta lleno de pequeños huertos y en los mismo al igual que en los comercios antes mencionados me
encuentro que la mayoría de los que explotan estos huertos son inmigrantes y en domingo día festivo, sigo con mi caminar
queriendo adelantar a mi sombra sin conseguirlo, dejando ya el puente de hierro atrás sigo la senda del río sin asfaltar la que
esta entre huertos en ambos lados, comparto mi trayecto con ciclistas caminantes y demás usuarios de la senda de tierra
llegando a mi destino el polideportivo, en su entrada se encuentran en un lateral el campo de futbol en le otro lateral las
pistas de tenis y en frente el bar, en su interior el gimnasio y la piscina cubierta, yo sigo mi camino junto a mi sombra la que
como perro faldero no me abandona y paciente me espera a la salida del recinto, entro yo solo en las dependencias, pongo
el dedo sobre el lector y me da paso entro en los vestuarios comunitarios que curioso todos somos del país aquí no me
encuentro con emigrantes, me despeloto guardo la ropa en la taquilla bajo llave y me voy para la ducha comunitaria me
pego una ducha me pongo el gorro tapones en las oreja y las gafas y al agua a compartir un carril con un par de nadadores
y a hacer metros, 100 de cross 100 de braza 100 de espaldas 100 de doble espaldas, una vez con el deber cumplido hacia la
ducha comunitaria un bufen jabonado y al vestuario comunitario, ha oír los comentarios del Barcelona y sus hazañas, yo
como soy tipo raro, no me gusta el futbol siempre me quedo al margen, una vez ya vestido vuelta hacia el puente de hierro
encontrándome con los africanos con su manta en espera de algún cliente, compre el pan volví a desandar lo andado y a
coger el tren de nuevo, en el que me volví a encontrar con los que en el viajaban en su mayoría emigrantes, tras llegar a
casa mi querida esposa me tenia preparada la paella de cada domingo, hoy al estar solos cambio el marisco por conejo y la
verdad no es lo mismo, eso si antes de comérmelo comprobé que la coneja Ruspiela estuviera en su jaula.
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vecinos divertirse, y es que es fiesta mayor, que buen día hace hoy me dije para mi mismo, 30º grados al sol, y 25 a la
sombra un día para aprovecharlo y disfrutar de el, tras despedirme de mi señora a la que se quedo en casa como de
costumbre haciendo las cosas del hogar me fui solo en busca del puente de hierro, pensaran que machista es este hombre
dejo la mujer en casa, pero que hace un marido en casa la mañana del domingo pues estorbar, pues si en casa quedo ella la
que no comparte mis aficiones ni yo las suyas así que me fui, hay quien disfruta con la limpieza y el orden y para ello es muy
exigente y pide que nadie este por medio ensuciando, así que lo mejor que puedo hacer es dejarla con sus quehaceres y yo
me voy ha natación, los hijos a lo suyo el chico de viaje a el país Vasco, en un viaje gastronomito regalo de la empresa, y la
chica de fin de semana con el novio, bueno a lo que íbamos a por el puente de hierro, me dirijo hacia la estación a cabalgar
en el caballo de hierro y tras dos estaciones me deja en el pueblo vecino, el que tengo que dejar atrás y dirigirme al pueblo
de al lado donde suelo ir desde hace años a natación, en mi trayecto me voy fijando en los detalles los comercios sus
clientes y aquellos que lo regentan y me llama la atención que la mayoría son regentados por Chinos, Paquistaníes, Árabes y
demás inmigrantes, que curioso en un país de 4 millones de parados y los comercios que me encuentro abiertos en un día
festivo son extranjeros, los comercios de los españoles están casi todos cerrados, tras mi larga travesía andando llego por
fin al tan esperado y grande puente de hierro tras subir una pronunciada pendiente me encuentro al lateral en un recodo a
los africanos bajo un sol de justicia vendiendo sus genero, sobre una manta atadas con cordeles como si fuera una red por
si fuera necesario tirar de la manta y salir corriendo porque viene la pasma, me cruzo con un ciclista y un peatón haciendo
footing, una joven muy gruesa vestida de negro, la que me llama la atención no por estar entrada en carnes sino por llevar
la cabeza afeitada, sigo mi camino y me paro a contemplar las vistas de debajo del puente, no deja de fluir la vida los
coches pasan por la autopista como alma que lleva el diablo, a lo lejos se ve mi pueblo y la montaña herida la que una de
sus cuevas me dio cobijo cuando niño, de ella hace ya muchos años que extraen la materia para el hacer el cemento, sigo
mi camino y de nuevo me paro a contemplar el rió y su lento caudal de agua y las gaviotas planeado sobre el, observo en
ambos lados que esta lleno de pequeños huertos y en los mismo al igual que en los comercios antes mencionados me
encuentro que la mayoría de los que explotan estos huertos son inmigrantes y en domingo día festivo, sigo con mi caminar
queriendo adelantar a mi sombra sin conseguirlo, dejando ya el puente de hierro atrás sigo la senda del río sin asfaltar la que
esta entre huertos en ambos lados, comparto mi trayecto con ciclistas caminantes y demás usuarios de la senda de tierra
llegando a mi destino el polideportivo, en su entrada se encuentran en un lateral el campo de futbol en le otro lateral las
pistas de tenis y en frente el bar, en su interior el gimnasio y la piscina cubierta, yo sigo mi camino junto a mi sombra la que
como perro faldero no me abandona y paciente me espera a la salida del recinto, entro yo solo en las dependencias, pongo
el dedo sobre el lector y me da paso entro en los vestuarios comunitarios que curioso todos somos del país aquí no me
encuentro con emigrantes, me despeloto guardo la ropa en la taquilla bajo llave y me voy para la ducha comunitaria me
pego una ducha me pongo el gorro tapones en las oreja y las gafas y al agua a compartir un carril con un par de nadadores
y a hacer metros, 100 de cross 100 de braza 100 de espaldas 100 de doble espaldas, una vez con el deber cumplido hacia la
ducha comunitaria un bufen jabonado y al vestuario comunitario, ha oír los comentarios del Barcelona y sus hazañas, yo
como soy tipo raro, no me gusta el futbol siempre me quedo al margen, una vez ya vestido vuelta hacia el puente de hierro
encontrándome con los africanos con su manta en espera de algún cliente, compre el pan volví a desandar lo andado y a
coger el tren de nuevo, en el que me volví a encontrar con los que en el viajaban en su mayoría emigrantes, tras llegar a
casa mi querida esposa me tenia preparada la paella de cada domingo, hoy al estar solos cambio el marisco por conejo y la
verdad no es lo mismo, eso si antes de comérmelo comprobé que la coneja Ruspiela estuviera en su jaula.
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