epicuro150
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DeWitt es una marca muy joven en el mundo de la Alta Relojería; de hecho, este año celebra su quinto aniversario, motivo por el cual ha decidido ir lanzando hasta la celebración de Baselworld 2009 cinco creaciones relojeras exclusivas, una por cada año de existencia. La primera de ella es el DeWitt WX-1, un reloj que seguro no dejará indiferente a nadie que lo vea, ya sea porque no le gusta en absoluto o porque se enamora de él.
El nombre de WX-1 tiene su historia, la de dos amigos, Jerôme de Witt y Jean-Michel Wilmotte, que unieron sus ideas para desarrollar un objeto único destinado a medir el tiempo pero con un diseño nunca visto. El corazón del WX-1 está equipado con un tourbillon volante vertical cuya jaula efectúa una vuelta cada minuto y es visible a través del cilindro situado en la parte trasera de la caja. El movimiento mecánico de cuerda manual consta de un tren de ruedas paralelo a los cinco barriletes que aseguran una reserva de marcha de 21 días (unas 504 horas). Los componentes (barriletes, engranajes, contador, jaula del tourbillon, indicador de reserva de marcha y dispositivio de remotaje) están colocados verticalmente.
La indicación de reserva de marcha se realiza por medio de un rollo coaxial, mientras que la lectura de los datos del tiempo se efectúa por medio de dos discos giratorios. El primero, que señala los minutos, gira en sentido horario, mientras que el segundo, que indica las horas, gira en sentido contrario, gracias a un sistema de engranaje montado sobre seis ruedecillas.
Todos los elementos que integran la estructura de apoyo del movimiento del WX-1 (platina y puentes) están trabajados en una aleación de aluminio-litio y el peso total del movimiento no pasa de 27 gramos. Este material tan liviano se emplea en la industria aeronaútica y es capaz de que llevar este mecanismo constituido por 458 piezas no suponga un gran esfuerzo. Finalmente, una sutil nota de oro rosado le da el toque final a una caja de tan sólo 191 gramos.
La corona, tradicionalmente situada en el frente de la caja, conserva su función habitual de puesta en hora en la primera muesca. En del dorso de la caja vemos dos chimenéas cilíndricas; la primera, como ya hemos dicho, nos deja ver el tourbillon, mientras que la segunda alberga el sistema de remontaje del WX-1. Un estilete eléctrico permite el remontaje del mecanismo en pocos segundos. Mencionar que este dispositivo dispone de una autonomía de 90 minutos si la batería está cargada al máximo. Con un funcionamiento de 60 vueltas por minuto, el estilete eléctrico alimentado por una pila de litio permite remontar los cinco barriletes del WX-1 accionando un interruptor. Su recarga se realiza mediante un cargador mural o mediante la entrada USB ubicada en su parte trasera. De todas formas, el remontaje del WX-1 también puede hacerse manualmente gracias a una segunda herramienta que se ofrece.
El nombre de WX-1 tiene su historia, la de dos amigos, Jerôme de Witt y Jean-Michel Wilmotte, que unieron sus ideas para desarrollar un objeto único destinado a medir el tiempo pero con un diseño nunca visto. El corazón del WX-1 está equipado con un tourbillon volante vertical cuya jaula efectúa una vuelta cada minuto y es visible a través del cilindro situado en la parte trasera de la caja. El movimiento mecánico de cuerda manual consta de un tren de ruedas paralelo a los cinco barriletes que aseguran una reserva de marcha de 21 días (unas 504 horas). Los componentes (barriletes, engranajes, contador, jaula del tourbillon, indicador de reserva de marcha y dispositivio de remotaje) están colocados verticalmente.
La indicación de reserva de marcha se realiza por medio de un rollo coaxial, mientras que la lectura de los datos del tiempo se efectúa por medio de dos discos giratorios. El primero, que señala los minutos, gira en sentido horario, mientras que el segundo, que indica las horas, gira en sentido contrario, gracias a un sistema de engranaje montado sobre seis ruedecillas.
Todos los elementos que integran la estructura de apoyo del movimiento del WX-1 (platina y puentes) están trabajados en una aleación de aluminio-litio y el peso total del movimiento no pasa de 27 gramos. Este material tan liviano se emplea en la industria aeronaútica y es capaz de que llevar este mecanismo constituido por 458 piezas no suponga un gran esfuerzo. Finalmente, una sutil nota de oro rosado le da el toque final a una caja de tan sólo 191 gramos.
La corona, tradicionalmente situada en el frente de la caja, conserva su función habitual de puesta en hora en la primera muesca. En del dorso de la caja vemos dos chimenéas cilíndricas; la primera, como ya hemos dicho, nos deja ver el tourbillon, mientras que la segunda alberga el sistema de remontaje del WX-1. Un estilete eléctrico permite el remontaje del mecanismo en pocos segundos. Mencionar que este dispositivo dispone de una autonomía de 90 minutos si la batería está cargada al máximo. Con un funcionamiento de 60 vueltas por minuto, el estilete eléctrico alimentado por una pila de litio permite remontar los cinco barriletes del WX-1 accionando un interruptor. Su recarga se realiza mediante un cargador mural o mediante la entrada USB ubicada en su parte trasera. De todas formas, el remontaje del WX-1 también puede hacerse manualmente gracias a una segunda herramienta que se ofrece.