explorer64
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Una pareja de recién casados va a pasar la luna de miel a Pakistán. Allí, mientras pasean por el mercado, oyen a un vendedor de Sandalias que parece escapado de las Mil y una Noches.
–“Vengan, baisanos, vengan a mi humilde diendita, aquí bodrán combrar algo fabuloso”, los incita.
El joven matrimonio entra y allí el vendedor les muestra un par de sandalias a las que les atribuye poder mágico.
–“Con ellas, bodrán hacer el amor salvajiemente, como gamellos enfurecidos”, les dice.
La mujer se tienta por el comentario del vendedor, pero el hombre, atlético y viril, dice que no las necesita.
–“Bruébalas, baisa, no te arrebentirás”, insiste el vendedor.
Como ocurre a menudo, al estar su mujer esta cada vez más interesada, el hombre termina por acceder. Y de repente...apenas se las ha calzado... ¡Una mirada feroz se dibuja en su rostro!
¡Unas ansias incontenibles! ¡Una furia que su esposa jamás había visto! Veloz como una fiera en celo, el joven marido agarra al vendedor paquistaní por las nalgas, le baja los pantalones y se arroja sobre su espalda para violarlo.
–“¡¡Bará, bará, gabrón!!”, grita desesperado el vendedor, con lágrimas en los ojos: “¡¡Te las busiste al rievés, hijo de buta, te las busiste al rievés!!”. :nosena:
–“Vengan, baisanos, vengan a mi humilde diendita, aquí bodrán combrar algo fabuloso”, los incita.
El joven matrimonio entra y allí el vendedor les muestra un par de sandalias a las que les atribuye poder mágico.
–“Con ellas, bodrán hacer el amor salvajiemente, como gamellos enfurecidos”, les dice.
La mujer se tienta por el comentario del vendedor, pero el hombre, atlético y viril, dice que no las necesita.
–“Bruébalas, baisa, no te arrebentirás”, insiste el vendedor.
Como ocurre a menudo, al estar su mujer esta cada vez más interesada, el hombre termina por acceder. Y de repente...apenas se las ha calzado... ¡Una mirada feroz se dibuja en su rostro!
¡Unas ansias incontenibles! ¡Una furia que su esposa jamás había visto! Veloz como una fiera en celo, el joven marido agarra al vendedor paquistaní por las nalgas, le baja los pantalones y se arroja sobre su espalda para violarlo.
–“¡¡Bará, bará, gabrón!!”, grita desesperado el vendedor, con lágrimas en los ojos: “¡¡Te las busiste al rievés, hijo de buta, te las busiste al rievés!!”. :nosena: