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Frías es una de las poblaciones más hermosas de toda España. Es uno de esos conjuntos con encanto en que parece que el tiempo se detuvo hace muchos siglos y perderse por sus calles es una auténtica delicia.
Frías se encuentra en el Valle de Tobalina, al noreste de la provincia de Burgos, perteneciente a la comarca histórica de Las Merindades y al límite de otra de las comarcas emblemáticas de Burgos: La Bureba.
Frías adquirió importancia partir de la concesión de su fuero por Alfonso VIII de Castilla en 1202. Como curiosidad Frías tiene el título de ciudad desde 1435, por disposición del rey Juan II.
Está asentada sobre un cerro alargado situado en un lugar verdaderamente estratégico y de comunicaciones desde tiempo inmemorial, como lo atestigua el paso de una antigua calzada romana. A sus pies corre el Río Ebro y su puente fue, desde hace siglos, nexo de unión entre las tierras cántabras y vascas con las castellanas de Burgos.
No obstante hay una serie de edificios emblemáticos que centran nuestra atención, nos referimos al extraordinario castillo, la iglesias de San Vicente y San Vítores, además del puente romano y medieval. Muy cerca, en Tobera, nos centraremos en la Ermita de Nuestra Señora de la Hoz.
El castillo de Frías, llamado de los Velascos o de los Duques de Frías, se alza en lo alto del cerro (Peñasco de la Muela) que domina la población, y el cercano río Ebro cruzado por su magnífico puente medieval fortificado.
Ocupa el lugar donde existiría una pequeña fortificación defensiva de los siglos IX y X con papel de vigilancia frente a las tropas musulmanas del Emirato de Córdoba, aunque pronto el adversario será el Reino de Navarra.
Sin embargo, el conjunto actual es una construcción que es el resultado de la agregación de obras que van de los siglos XII al XVI.
Perteneció a Alfonso VIII, rey de Castilla al serle entregado por los Armengol. Éste mandaría ampliar la fortaleza y de estos tiempos quedan los muros meridionales del patio de armas con sus ventanales románicos de los que luego nos ocuparemos.
La protección que el fuero del monarca castellano ofrecía a los fredenses cambió radicalmente en 1446 al ser cedida la villa con su castillo por el rey Juan II a D. Pedro Fernández de Velasco (Conde de Haro) a cambio de Peñafiel. Las imposiciones e incrementos de impuestos -que no respetaban el fuero real- del nuevo señor sobre la población provocaron una revuelta que él mismo tuvo que sofocar mediante un asedio.
Desde el punto de vista de la historia del castillo, la familia Fernández de Velasco aportó importantes obras de acondicionamiento y ampliación como residencia señorial.
Antes de subir al Castillo, hay que reponer fuerzas con buenos productos de la tierra...
Impresionantes las vistas de la "ciudad" desde las alturas...
Más información y fotografías en este enlace: ARTEGUÍAS
Frías se encuentra en el Valle de Tobalina, al noreste de la provincia de Burgos, perteneciente a la comarca histórica de Las Merindades y al límite de otra de las comarcas emblemáticas de Burgos: La Bureba.
Frías adquirió importancia partir de la concesión de su fuero por Alfonso VIII de Castilla en 1202. Como curiosidad Frías tiene el título de ciudad desde 1435, por disposición del rey Juan II.
Está asentada sobre un cerro alargado situado en un lugar verdaderamente estratégico y de comunicaciones desde tiempo inmemorial, como lo atestigua el paso de una antigua calzada romana. A sus pies corre el Río Ebro y su puente fue, desde hace siglos, nexo de unión entre las tierras cántabras y vascas con las castellanas de Burgos.
No obstante hay una serie de edificios emblemáticos que centran nuestra atención, nos referimos al extraordinario castillo, la iglesias de San Vicente y San Vítores, además del puente romano y medieval. Muy cerca, en Tobera, nos centraremos en la Ermita de Nuestra Señora de la Hoz.
Castillo de Frías
El castillo de Frías, llamado de los Velascos o de los Duques de Frías, se alza en lo alto del cerro (Peñasco de la Muela) que domina la población, y el cercano río Ebro cruzado por su magnífico puente medieval fortificado.
Ocupa el lugar donde existiría una pequeña fortificación defensiva de los siglos IX y X con papel de vigilancia frente a las tropas musulmanas del Emirato de Córdoba, aunque pronto el adversario será el Reino de Navarra.
Sin embargo, el conjunto actual es una construcción que es el resultado de la agregación de obras que van de los siglos XII al XVI.
Perteneció a Alfonso VIII, rey de Castilla al serle entregado por los Armengol. Éste mandaría ampliar la fortaleza y de estos tiempos quedan los muros meridionales del patio de armas con sus ventanales románicos de los que luego nos ocuparemos.
La protección que el fuero del monarca castellano ofrecía a los fredenses cambió radicalmente en 1446 al ser cedida la villa con su castillo por el rey Juan II a D. Pedro Fernández de Velasco (Conde de Haro) a cambio de Peñafiel. Las imposiciones e incrementos de impuestos -que no respetaban el fuero real- del nuevo señor sobre la población provocaron una revuelta que él mismo tuvo que sofocar mediante un asedio.
Desde el punto de vista de la historia del castillo, la familia Fernández de Velasco aportó importantes obras de acondicionamiento y ampliación como residencia señorial.
Antes de subir al Castillo, hay que reponer fuerzas con buenos productos de la tierra...
Impresionantes las vistas de la "ciudad" desde las alturas...
Más información y fotografías en este enlace: ARTEGUÍAS