Claudio
Baneado
¿A que no nos imaginamos que tuviéramos que pagar por un bolígrafo Bic lo mismo que por un cuchillo fuerte de cocina o que por una maquinilla de afeitar (de las metálicas de antes, no de las desechable, que no existían)? Pues eso era lo que se tenía que pagar por uno de estos instrumentos en sus primeros años de vida.
Recorte de prensa (La Vanguardia) de noviembre de 1958:
Mismo periódico, 2 años antes:
Mismo periódico, 2 años antes: